Por: Pedro Abreu Mujica
El pasado 24 de octubre Radio Guamá cumplió 55 años de fundada. Ante la actual crisis energética que sufre el país y las pérdidas humanas y materiales ocasionadas recientemente por el ciclón Oscar en la provincia oriental de Guantánamo, decidieron, en mi opinión muy correctamente, posponer la celebración de los festejos hasta una mejor oportunidad. Sin embargo, yo no dejaré para más tarde escribir y publicar sobre este acontecimiento, que considero uno de los tres hitos fundamentales en la historia de la radio pinareña.
Primer hito
El 21 de febrero de 1931 se fundó oficialmente la primera emisora pinareña, con el indicativo CMAB, fijado por el Ministerio de Comunicaciones en cumplimiento de los acuerdos internacionales que asignaban a Cuba las letras CM para comenzar la identificación de sus emisoras de onda media. La tercera letra, la A, correspondía a la provincia donde radicara y la cuarta letra era a selección del permisionario, es decir la persona o entidad que había sido autorizada a utilizar una frecuencia del espectro radial en uno o varios territorios del país, siempre y cuando no coincidiera con el escogido con anterioridad por otro radio emisor. (1)
Gracias a la creatividad técnica y perseverancia del entonces joven telegrafista Francisco Martínez (Panchito) (2) la provincia de Pinar del Río tuvo radiodifusora 34 años después de la primera transmisión radial del mundo, hecha el 14 de mayo de 1897 por el ingeniero eléctrico y Premio Nobel italiano Guillermo Marconi y menos de una década de su creación en Cuba, por el músico Luis Casas Romero.
El trasmisor que en 1928 Panchito había construido y puesto a funcionar de forma experimental, se identificaba como CM-1-FM (3), contaba con una potencia de 20 watts en la banda de 240 metros y aparecía en el dial en los 1250 kilociclos.
En lo adelante la CMAB, sin dejar de ser un vehículo de información, cultura y recreación, cambió varias veces de propietario y se convirtió en un lucrativo negocio, asociado principalmente a los peores intereses políticos y económicos. Mejoró sus equipos, tuvo buenos locales con estudios, teatro y redacciones y llegó a contar con una potencia instalada que le permitió abarcar la mayor parte de la región.
Desde entonces, y en un periodo de unas tres décadas, varias plantas radiales surgieron y desaparecieron en la ciudad capital y los municipios de San Cristóbal, Guanajay y La Palma.
A principios de los años 50 del pasado siglo, Columbio Rodríguez (4) se convirtió en el “zar”del sector como propietario del Circuito Radial Independiente, que incluía las radiodifusoras CMAD, CMAR, CMAL y CMAB. Esta organización empresarial duró poco tiempo. Sin embargo, Columbio siguió siendo el poseedor de las mismas. Algunas las gestionó directamente y otras las arrendó: CMAR (José Escobar Delgado) (5), CMAL (Ñiquín Sánchez, hijo del alcalde municipal) y CMAB (Silvio Peña, peruano, que la llamó Radio América).
Al “pequeño imperio”, como lo calificara la radialista Josefa Bracero, no pertenecieron Radio W, de Pedro Redondo Fernández; CMAC, Radio San Cristóbal, de Guillermo García Oves y en La Palma, Radio Blanco Pi. En 1957 salió al aire la Cadena Occidental de Radio, cuyos dueños eran el locutor de la CMQ, Manolo Iglesias y Erasmo Cabrera Espinosa, pinareño vendedor de anuncios radiales radicado en La Habana.
Hasta 1959 se habían fundado en total 9 emisoras. La mayoría apenas cubría geográficamente el municipio cabecero y algunos territorios adyacentes, al igual que las “repetidoras” que las cadenas nacionales radicadas en La Habana tenían en nuestra capital provincial: CMQ, Radio Progreso, CNC (Circuito Nacional Cubano, sucesora de RHC Cadena Azul) y Unión Radio, esta última tenía el retransmisor en el vecino termino de Consolación del Sur.
Notas:
- OSCAR LUIS LOPEZ, La Radio en Cuba, publicado en 1981 y reeditado en el 2002 por la editorial Letras Cubanas.
- Francisco Martínez, telegrafista de la estación ferroviaria de la ciudad de Pinar del Rio.
- FM era por las iniciales de Francisco Martínez y no por lo que se conoció posteriormente como frecuencia modulada.
- Columbio Rodríguez Rodríguez estaba vinculado al rico agroindustrial y comerciante Armando Aguilar Bencomo, miembro del Consejo Consultivo instaurado por Batista después que clausuró el Congreso de la Republica tras el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952. Aguilar Bencomo era propietario de fincas, almacenes de tabaco, fábrica de abonos químicos, agencias de ventas de autos, camiones, tractores y efectos electrodomésticos, del hotel Globo y bienes inmobiliarios. Columbio Rodriguez poseía en La Habana la emisora local Cadena Insular de Radio, situada en los altos del Mercado de Carlos III y de la Agencia Principal de Autos, en Infanta y 25.
- José Escobar Delgado, simultaneó la locución de algunos programas muy escuchados, como “Por La tierra y el guajiro”, patrocinado por los almacenes Mi Tienda, con el cargo de administrador general del Circuito Radial Independiente.
(Continuará)