Hablar de una donación, más allá de relatar el desprendimiento, exige ineludiblemente resaltar la virtud y la gratitud.
Por lo menos eso piensa Rey Enrique Gutiérrez, exportero de la selección cubana de balonmano, quien se siente humilde en el gesto de aportar balones al terruño donde se formó como deportista y hombre de bien.
Por eso llegó la mañana del miércoles a la sede del Inder en Pinar del Río, cargado de un pequeño presente que espera sea el primer capítulo de una historia de retribución y agradecimiento.
Esta vez traje algunos balones de la marca Rasan (de contrastada calidad y utilizada en torneos internaciones y ligas europeas).
Me he propuesto sea la primera y más modesta de esas ayudas. Intento que crezca y vendré cada año tratando de aportar mucho más para el balonmano
Rey comenzó su andar deportivo en la provincia más occidental de Cuba. Por eso siente la necesidad de ayudar a que otros cumplan su sueño de representar al país, como él hizo entre 1988 y 1994.
De tal manera, no olvida a sus entrenadores Alfredo Marimón y Emilio Armenteros, sobre todo los valores que le inculcaron. Por eso reconoce a ambos y además al modelo cubano de formación de atletas.
No solo yo, muchos compatriotas se formaron en Cuba y ahora trabajan y aprenden. Mezclando los conocimientos, las nuevas tendencias y metodologías con la experiencia de los entrenadores en Cuba, el resultado siempre debería ser positivo
Fue un orgullo representar a mi país como atleta y me encantaría colaborar a todos los niveles desde mis conocimientos actuales. Ojalá Cuba vuelva a ser potencia y regrese a los campeonatos mundiales. Pueden contar conmigo para ello
El donativo fue recibido por Rolando Morejón Corvea, comisionado provincial de balonmano.
