Fieles a la premisa martiana» los niños son la esperanza del mundo». Este personal labora arduamente para garantizar la continuidad de nuestra obra y preservar la sonrisa en los labios de los infantes, así refiere Yudianela Jiménez Regueira, directora del círculo infantil Victoria de Viet Nam en Minas de Matahambre.
En el centro velamos por el cumplimiento estricto de las acciones planificadas para evitar contagios con la pandemia, desde el momento que los niños llegan.
Entre las medidas que adoptamos está la desinfección de las superficies y juguetes con agua clorada.Escalonamos los horarios de merienda y almuerzo de las educadoras para que no hayan aglomeraciones, desarrollamos charlas educativas con los pequeños, entre otras
En todo este quehacer, la labor de la enfermera es determinante.
En mi caso, todas las mañanas recibo los niños, después de saludarles, retiro su nasobuco para verificar si tienen secreción nasal.Una vez segura de que está bien, lo mando hacia arriba.
Allí una tita lo espera, lo lleva al baño, le desinfecta las manitos y lo entrega al salón donde va.Después reviso cada uno de los locales del centro, para constatar si tienen el pomito con hipocloruto al 0.1 por ciento y los pasos podálicos mojados con la solución clorada al 0.5 por ciento.
De igual manera controlo la desinfección de sillas, mesas, persianas, en fin de todo
Por su parte, Yoania Reinoso Triguero, auxiliar general de servicio de apoyo a la docencia, con relación a su función, plantea:
Desde que llegó, empiezo a limpiar, tanto dentro como en los exteriores, desinfecto todo, dígase mesas, puertas, taquillas, juguetes, paredes, no dejo nada que los niños puedan tocar, sin desinfectar.
La atención que le brindan al tema de la Covid-19 en el centro, es resumida en las palabras de los pequeños:
Me cambio el nasobuco, cuando almorzamos, mantenemos el distanciamiento y en las actividades también. Nos quitamos el nasobuco nada más para merendar y almorzar
Ponerse el nasobuco, lavarse las manos con bastante agua y jabón, mantener la distancia.
Ponerme el termómetro cuando llego al círculo, usar el nasobuco correctamente y cambiarlo cada tres horas, lavarme las manos con bastante agua y jabón.
No hay dudas de la entrega y el amor, con que trabajan aquellos que laboran con niños de las edades tempranas. El colectivo del círculo infantil Victoria de Viet Nam, es ejemplo de ello.