Para José Manuel Rey Pérez residente al norte de Minas de Matahambre aprovechar cualquier oportunidad de potenciar la producción de alimentos es una cuestión de orden.
En su patio crecen diversas plantas destinadas a la alimentación, entre ellas varias matas de plátano que atendía en sus ratos libres.
Hace unos meses cuando se detuvo su actividad en el Proyecto Polimetálico Castellanos de la Empresa Minera del Caribe debido a la Covid-19, no lo pensó mucho para poner manos a una obra gigante.
No dispongo de terreno, pero solicité autorización al propietario de una tierra aledaña a mi vivienda para utilizar un pedacito que estaba todo enmarañado de marabú, dijo que sí y empecé.
Algunas personas que me veían decían que estaba loco. Fue muy difícil la tarea, pero tuve alguna ayuda y logré la limpieza.
Tengo sembradas 250 matas de plátano de varios tipos. Hace unos días corté el primer racimo. Era plátano Burro. Tenia 72 plátanos.
De él compartí con un amigo y alguna familia. Disfrutar de lo que uno mismo cosecha te brinda una satisfacción inmensa, increíble.
Es un trabajo que vale la pena porque ayuda a la alimentación y además a la solvencia económica de la familia porque reduce gastos. Es hermoso ver crecer los plantones, echar hijos y multiplicarse.
Es un cultivo bonito que también necesita una atención cultural. Pienso que con el producto que obtenga puedo ayudar a la familia, otras personas del barrio, amigos, a la alimentación de los beneficiados del Sistema de Atención a la Familia
Ahora el platanar que con sacrificio levantó José Manuel constituye deleite para la vista de quienes allí arriban, pero más que eso fuente de esperanza para muchos y un digno ejemplo a seguir.
