Marciano Domínguez Álamo es profesor de Historia de Cuba, en el preuniversitario Nguyen Van Troi de Minas de Matahambre. En sus 40 años de experiencia laboral nunca tuvo que apartarse del aula.
Sin embargo, la Covid 19 le impidió ejercer su profesión desde la trinchera habitual con sus alumnos de duodécimo grado.
Hoy desafía el reto, con la convicción de que sus discípulos alcanzarán excelentes resultados en los exámenes de ingreso.
“En los ocho años que llevo ejercitando a los alumnos de doce grado nunca pasé por una situación epidemiológica tan tensa como esta.
En realidad tuve que buscar otras alternativas en la preparación para los exámenes de ingreso y de esa manera solucionar la problemática.Por lo tanto profundizo en los contenidos a examinar.
Trabajo a partir de la 16 teleclases que impartió el Ministerio de Educación y les explico a mis estudiantes esos objetivos esenciales, por vía telefónica, correo electrónico y demás.
Cumpliendo con las medidas de seguridad atiendo a los alumnos con mayor dificultad.Durante la visita al hogar les oriento la realización de hojas de trabajo y ejercicios complementarios.
Como profesor me esfuerzo para que los educandos obtengan buenos resultados en los exámenes de ingreso.
El mejor regalo que me darían es verlos, al final del camino, con una carrera universitaria.
Este tiempo de aislamiento, producto a la pandemia, no me impidió prepararme para brindarles la ayuda y el conocimiento que necesitan.
Me siento más comprometido con los alumnos, padres y el sistema educacional.”
Marciano Domínguez Álamo es un educador minero que aprovecha el confinamiento, para replantearse estrategias de aprendizaje.
En este tiempo de pandemia encontró nuevos caminos, en aras de lograr su sueño: “ver a sus discípulos con una carrera universitaria”.
