Para muchos no habrá navidad en Minas de Matahabre, ellos saben que los altos precios de los productos palidecen esta «ilusión» de lucecitas en los arbolitos, el puerco asado y aquellas gloriosas empanadas y las cervezas bien frías.
Una mujer me expresó que al comprar cinco libras de tomates y dos de pepinos invirtió 350 pesos. «No hay salario que aguante», comentó.
Otra, en la puerta de su casa hablaba con los ojos llorosos:
Una libra de frijoles 150 pesos, la de arroz 60, una ristra de ajos 150, la de cebolla ni hablar, soy una persona jubilada, qué cena de navidad podré hacer-
Más adelante en el camino un joven se interrogaba en voz alta:
Qué comida familiar puede hacerse con estos precios, es difícil. Y cómo entender que la libra de carne de cerdo alcance los 280 y la de jamón 350? Parece que estamos en otro planeta, donde nada encaja en su justo lugar.
Por su parte un trabajador, por cuenta propia me explicaba:
Mira, yo cuando voy a comprar malanga, el campesino vende la libra a 40, o sea ya desde el surco comienza a encarecerse «la cosa», encima de eso tengo que pagar la transportación para traerla hasta el municipio, sin contar después la merma y otras cuestiones, entonces qué resultado obtengo de esa compra y venta, a dónde vamos a parar?
En los rostros de todos pude apreciar el descontento, no sé por qué los asocié en ese momento con el pueblo de Comala, que describe Juan Rulfo, en su novela Pedro Páramo.
Erisbel Acosta, director de Supervión Integral, está convencido que para solucionar la actual inflación de precios
Hay que combatir las abusivas cifras que muestran las mercancías en las tarimas, producir más alimentos en las cooperativas agropecuarias del territorio, crear nuevas minindustrias, así como la multiplicación de micro, medianas y pequeñas empresas
A mi consideración es primordial estabilizar las producciones en Minas de Matahambre, lo que se traduce en disminuir precios.
De igual forma priorizar el Programa de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar, así como avanzar en materia de proyectos de desarrollo local, destacan entre los ejes fundamentales, también a considerar para el logro pretendido.
Trabajar más, sin tantas excusas y apatías, es la solución hasta que aparezcan los alimentos deseados sobre la mesa familiar.
