El ultraderechista partido VOX logró un nuevo avance electoral en España, al obtener trece diputados en el parlamento de Castilla y León, la Comunidad Autónoma más grande del país ibérico, con nueve provincias.
Los resultados de las elecciones de ayer dejaron un claro vencedor, el conservador Partido Popular (PP), pero lejos de la mayoría absoluta que buscaba, si bien puede alcanzar la suma para gobernar en una coalición con Vox.
Tercera fuerza más votada detrás de los socialistas del PSOE, VOX ya ha exigido la vicepresidencia en un eventual gobierno de coalición con el PP, pues la suma de ambas formaciones obtendría 44 diputados, superando la mayoría absoluta de 41 para poder asumir el poder regional.
Desde mil 987, Castilla y León ha sido gobernada por el Partido Popular, aunque en los últimos dos años debió apoyarse en centroderechista Ciudadanos para mantener el poder.
Sin embargo, el presidente de la región, Alfonso Fernández Mañueco, hizo una jugada, al adelantar sorpresivamente los comicios de la comunidad para deshacerse de Ciudadanos, una agrupación en declive, y gobernar en solitario, ante la probabilidad de salir reforzado con una mayoría absoluta.
Así, Mañueco quería repetir un escenario como el de su colega de partido, la presidenta de la comunidad autónoma de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien adelantó también las elecciones regionales y obtuvo una contundente victoria, que le permitió un ejecutivo en solitario del PP, sin Ciudadanos, y solo con apoyos parlamentarios del ultraderechista Vox.
Pero los resultados de las elecciones de ayer en Castilla y León alejaron a su líder regional, Alfonso Fernández Mañueco, y al PP de la posibilidad de formar un gabinete a la madrileña, con Vox fuera del ejecutivo.
Mañueco podría acabar obligado a gobernar con la ultraderecha de VOX en los términos que ella quiera, pues necesita sus trece diputados para mantener el poder.
Desde la irrupción del ultraderechista Vox en el escenario español, a finales de 2018, no ha conseguido entrar en ningún Gobierno regional, aunque sus votos sustentan a los gabinetes del Partido Popular de varios territorios, como Madrid, Murcia y Andalucía.
Ahora el escenario dejado por los comicios de ayer, abre la puerta a que Castilla y León sea la primera comunidad autónoma española que integre a la ultraderecha en su administración.
Esa tesis es defendida por varias de las voces importantes del Partido Popular (PP) a nivel nacional, como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que durante su participación en la campaña electoral en Castilla-La Mancha ya anunció que ella no tendría ninguna reticencia en gobernar con VOX.
En el seno del PP se está librando precisamente una lucha interna por el liderazgo, pues Ayuso se ha convertido en una figura emergente, que ha comenzado a eclipsar al máximo dirigente de su formación, Pablo Casado, quien lleva tres años en ese cargo y hasta el momento no ha logrado buenos resultados
El adelanto de los comicios en Castilla y León tenía una lectura en clave nacional en cuanto se entendía que una victoria por mayoría absoluta fortalecía a Casado, pero el resultado contrario favorece a Díaz Ayuso y al ultraderechista Vox.
En otra clave nacional de las elecciones castillo-leonesas, queda claro que no ha funcionado en España el cordón sanitario para impedir a la extrema derecha llegar al poder, como se ha llevado a cabo en muchos países del entorno europeo, como Alemania o Francia.
Los partidos progresistas de la nación ibérica defienden esa opción, pero en el caso del derechista Partido Popular, es una alternativa que no se puede permitir, pues solo le queda el ultraderechista Vox como su única oportunidad de gobernar en muchas regiones, e incluso en un futuro en el Gobierno de España, según los analistas.
