Inicio En AudioOtras De la hermosa obra de la Revolución

De la hermosa obra de la Revolución

Por Edilia Martínez La Rosa
Construcción de viviendas en el consejo popular La Sabana en Minas de Matahambre durante el 2020. Foto: Yudith Ramos Martínez
Reporte de la periodista Edilia Martínez La Rosa para la revista Contigo de Radio Minas

Muchas son las obras de la Revolución después que tomó el poder en 1959.

El micro distrito Roberto Amarán al norte de Minas de Matahambre es una de ellas. Este enclave no era más que una finca particular dedicada a la cría de ganado vacuno

Una gran transformación en la localidad, devino en lo que es hoy una zona de más de 10 mil habitantes con garantía de bienes y servicios.

Domingo Dorrego Hernández, quien vivió el antes y el después de dicha localidad siente gran emoción al rememorar detalles de esta historia.

«Antes del triunfo de la Revolución toda esta zona pertenecía a «Los Yera».Había sólo 27 viviendas, en su mayoría de tabla de palma.

En realidad para aquel entonces era un avance porque en los campos de Cuba predominaban las casitas de yagua, pero como en la finca había una sierra, eso proporcionaba la posibilidad de ese tipo de construcción.

No obstante existía una pobreza extrema.Algunos campesinos eran partidarios, esto significa que cultivaban un pedacito de tierra y debían darle la tercera parte de todo al dueño.

Había una escuelita donde asistían algunos niños; a otros los padres ni siquiera los mandaban por falta de un par de zapaticos.

Los que teníamos los zapatos o un par de tenis, llegábamos de la escuela y los colgábamos, porque eran sólo para eso.Alrededor del 53, David Yera, en ese entonces a cargo de la finca, comenzó a incrementar la cría de ganado por lo que desalojó a la mayoría de las familias para el camino real.

Sólo dejó tres o cuatro campesinos que tenían funciones definidas dentro de la finca, dentro de ellos mi padre.

La situación del campesinado empeoró, muchas familias se dedicaban a la caza, la pesca y a recoger algunos restrojos de cosechas para sobrevivir.»
Domingo Dorrego Hernández

Con el triunfo de la Revolución inician los cambios

«Al triunfo de la Revolución hubo un estallido social porque la gente vio en ella la esperanza de resolver sus problemas.

Una de las primeras acciones que tomó en este lugar fue la intervención de la finca, teniendo en cuenta que esta se convirtió en guarida de la contrarrevolución.

Esto dio lugar a una granja ganadera con la creación de una lechería, lo cual ofreció las primeras fuentes de trabajo.

Comenzó a desarrollarse la agricultura con oferta de empleo, además la naciente fábrica de ácido sulfúrico generó también gran cantidad de plazas.

Surgieron las organizaciones de masas: Comités de Defensa de la Revolución y la Federación de Mujeres Cubanas, ambas de aceptación por parte de la mayoría de los pobladores.

Por otra parte logró alfabetizarse la mayoría de las personas. Yo fui alfabetizador. Además tuvo lugar la electrificación de la zona y se construyeron los primeros centros de servicio.»
Domingo Dorrego Hernández

Desarrollo social y económico sin precedentes

«Cerca de la década del 70 surgió un departamento de Geología con el fin de realizar investigaciones geológicas en la región occidental.

Esto comenzó a atraer personal calificado de otros municipios y provincias, incluso extranjeros. Esto originó un movimiento de microbrigadas para la construcción de viviendas para los trabajadores.

Así comenzó lo que se llamó El Micro distrito Roberto Amarán.La cifra de edificios multifamiliares creció hasta llegar a más de 30, lo que logró un fondo habitacional con calidad.

Se construyó una escuela secundaria básica, un círculo infantil y más tarde un policlínico.»
Domingo Dorrego Hernández

La cultura y el deporte en el centro del desarrollo local

«Los años posteriores al triunfo revolucionario trajeron un despertar en cuanto a cultura se refiere influenciado incluso por la propia inmigración.

La danza, la música, así como el teatro, tuvieron un gran auge a partir del movimiento de trabajadores aficionados.

Sobre todo en el teatro participábamos muchos jóvenes integrantes de la Unión de Jóvenes Comunistas.

Recuerdo que llegamos a hacer presentaciones en otros municipios incluso en provincias. En el deporte al menos el béisbol ya se desarrollaba con bastante calidad con una técnica impresionante, a partir de la experiencia de norteamericanos que trabajaban en la mina de cobre de Minas de Matahambre.

Yo era también jugador de pelota, nunca fui muy bueno, pero hice mis jugaditas.

A partir del triunfo comenzaron a desarrollarse otras disciplinas que también tuvieron acogida dentro del pueblo.»
Domingo Dorrego Hernández

A 62 años arriba la Revolución cubana. Hasta hoy continúa en la transformación del triste escenario de este enclave siempre con el propósito de ofrecer al pueblo el derecho a una vida digna.

Domingo Dorrego Hernández es parte inseparable de esta historia.

De estudiante del colegio San Alejandro, desde 1959 se convirtió en un fiel colaborador de la Revolución, en todos los frentes donde se le necesitó.

Fue maestro, después de alfabetizador. Se desempeñó también como primer secretario del Partido Comunista de Cuba en el municipio, delegado del poder popular y finalmente ejerció la abogacía.



Publicaciones Relacionadas

Dejenos su Comentario