El fútbol es la pasión del joven Emilio Hernández Pérez, radicado en Minas de Matahambre.
En la actual fase de Trasmisión Autóctona Limitada, la práctica de este deporte apunta a la búsqueda de nuevas variantes.
Esta vez nos cuenta de las alternativas implementadas, para hacer del balón el centro de sus días.
“Ahora que todas las instalaciones deportivas están cerradas por la presencia de la COVID-19, practico el fútbol en el patio de mi casa.
Allí hice algunos arreglos en el terreno, coloqué una portería improvisada de madera que me es muy útil para ejercitar los músculos de los pies.
También aprovecho y hago muchos ejercicios, como son planchas, abdominales y carreras en trote.
Soy entrenador de fútbol en el combinado de Minas, y no puedo darme el lujo de descuidarme.
Constantemente repaso las técnicas del fútbol y enfatizo donde sé que están las mayores dificultades para enfrentar al equipo contrario.
Otra de las tareas que debo asumir en esta etapa de la pandemia es la de mensajería.
Les llevo el almuerzo y la comida a dos personas de la tercera edad, abuelos vulnerables a la enfermedad.
Es una misión que me encomendó la Dirección Municipal de Deportes y lo hago con mucho agrado. Me gusta ser útil.
No soporto estar detenido o quejarme tanto de la vida.
Sé que saldremos de este momento difícil que vive la provincia, regresaremos a la normalidad y la vida será más llevadera.
Por el momento lo más importante es cuidarnos la salud y seguir adelante”.
Pie de fotografía: Emilio Hernández Pérez, entrenador de fútbol en Minas de Matahambre.