El programa de trabajadores sociales, surgió en Cuba en Septiembre del año 2000, por iniciativa del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, integrado por profesionales que actúan en diversos ámbitos de la vida social, vinculados a individuos, grupos y comunidades para prevenir y transformar situaciones o problemas desde la base.
Sobre la trayectoria y experiencias de una minera en esta humana tarea, conocemos hoy:
Mis inicios fueron por pura casualidad. Matriculé en la Escuela Formadora de maestros en Pinar del Río. Fuí para allá y en la primera semana ya estaba llamando que me vinieran a buscar que no me gustaba. Y de ahí mi papá me llevó directo para la escuela de Cojímar. Matriculé por Ciudad de la Habana porque ya no habían matrículas por Pinar del Río y ahí pasé mi curso de trabajo social.
Estuvimos un año de carrera, estudiamos de todo lo que tenía que ver con Psicología, Derecho, Socioculturales, Comunicación. Nos dieron una preparación, una integración total preparándonos para los que nos íbamos a enfrentar. Fue un año solamente y al año ya nos graduamos y nos incorporamos a trabajar.
El trabajo social ha variado mucho desde que nos graduamos. Empezamos y estábamos como decimos nosotros “en misa y en procesión”. Era el trabajo energético, era petróleo, eran las ollas. Nosotros estábamos metidos en todos los programas, que en aquel momento se inició la Revolución Energética.
Nos desvincularon del programa y nos integraron aquí al Órgano Municipal de Trabajo Municipal, donde estamos desde ese entonces y nos repartieron el trabajo por circunscripciones que estamos atendiendo en ellas todo lo relacionado a nuestra labor, desde los niños hasta los adultos.
El reto mayor que estoy enfrentando hoy es al barrio vulnerable Celia Sánchez. Nunca había hecho un trabajo como este, así tan de lleno, tan de nosotros los trabajadores sociales. Es un trabajo integral y estamos tocando cada familia, cada niño, cada adulto. Es una labor muy bonita.
Lleva mucho porque lleva mucho sacrificio de nuestro lado y mucho sacrificio del lado de ellos, que tienen que apoyarnos y ayudarnos, más la ayuda de todos los organismos e instituciones que siempre estamos abogando por el apoyo que necesitamos. Lleva mucho esfuerzo y sacrificio, pero es muy bonito.
Experiencias he tenido varias. Unas bonitas, otras no tanto porque estamos enfrentándonos y relacionándonos con todo tipo de personas, algunas con problemas serios, problemas que se te parte el alma cuando los miras y personas que a veces por su nivel cultural, no saben expresarse y nos maltratan un poquito y ya al final se dan cuenta y…..ya, pasó. Pasamos página y seguimos.
¿Experiencias bonitas? Tengo una niña que la atendí desde muy pequeña, que ahora la veo y me saluda con mucho amor y cariño, porque ya es una mujer casada, hecha y derecha, trabajadora. Esas partes a uno lo llenan de alegría.
¿Experiencias lindas? Ahora en el barrio Celia Sánchez, cuando llego y estaban hablando de mí y dicen: mira hablando del rey de Roma, por ahí llega. Personas con situaciones y problemáticas que nos llegan y nos duelen, que a veces estamos en la casa peleando con nuestros propios hijos y les decimos: ustedes no saben nada, ustedes no tienen problemas, tenemos niños con más problemas que ustedes.
Les pongo ejemplos y me dicen: ¿Mamá, eso es así? Sí, es así. Hay niños que la están pasando mal. Hay padres que la están pasando mal, padres que no están conscientes de la situación que tienen sus hijos y les viran la espalda y todas esas cosas las estamos viviendo. Son cosas que nos duelen, que nos hacen más humanos y nos amarran más a nuestro trabajo.
Ser trabajadora social en este momento de vida es lo máximo, porque estoy viendo el fruto de mi trabajo. Estoy viendo cosas, que voy adelantando, ayudando a personas que lo necesitan. En la vida mía personal me ha ayudado cantidad.
Muchas personas que me conocen saben cuanto me ha ayudado. Me ha sacado como dice uno, porque cuando tienes muchos problemas y sales a la calle y te enfrentas a otros mayores a los de uno, los tuyos los minimizas y echas para adelante con más fuerza, todo pasa y ves que todo tiene solución, porque si los de ellos que tienen más problemas pasan y tienen solución, los de uno se quedan chiquiticos y eso ayuda a uno como persona, ayuda a crecer, en el trabajo, en la vida y me ha ayudado mucho.
Inés, es un ejemplo vivo del batallón de trabajadores sociales que forjó el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. Su quehacer diario y la labor que realiza actualmente en la comunidad Celia Sánchez de nuestro territorio, así lo confirman.
Amor por lo que hace, entrega, sacrificio y un alto nivel de sensibilidad, son cualidades que resaltan en ella y que irradia a quienes la rodean.