Miguel Barrios Valdés creció detrás de una yunta de buey y un arado. Con su padre Ángel guiándole y enseñándole aprendió muchos secretos del campo, los cultivos, las estaciones y la propia tierra.
Hoy es uno de los productores destacados de la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Fortalecida Vladimir Ilich Lenin, ubicada en el consejo popular Santa Lucía al norte de Minas de Matahambre.
Allí en medio de sus amados campos en visita al lugar contó a Radio Minas de sus experiencias en la labor:
Soy natural de Playuelas en el municipio Viñales. Hijo de campesinos. Mis padres aún lo son, así que eso de la tierra lo tengo en la sangre.
Hace muchos años vivo aquí en Minas y ya son más de 30 vinculado completamente a la tierra en una propiedad de mi esposa. Es un terreno bueno. Aquí se da de todo lo que siembres, más aún que estoy utilizando la cal y abono orgánico.
Siembro yuca, boniato, calabaza, malanga, frijoles, plátano, ya le digo:de todo. El año anterior cumplí mis planes de entrega de acopio a la cooperativa y este año ya estoy trabajando en eso.
Me gusta cumplir, esa es una de mis prioridades. Ahora tengo algunos de ciclo corto como pepino y tomate. Y estoy preparando para otras zafras.
De la tierra y la siembra me gusta todo. Es verdad que es un trabajo muy sacrificado, al sol, el fango. Todo trabajo hasta mudar los animales, pero estoy acostumbrado a ese ritmo.
Pero también es necesario el dinero y como todo vale, pues obtengo no sólo mi alimentación y de mi familia,sino otras cosas que necesito.
Es decir que de aquí vivo.Lo más importante es la planificación y tener en cuenta las estaciones para la siembra. El campesino que no tenga en cuenta las estaciones no coge nada.
Porque hay productos que se dan en una época y otros, en otra. Aquí también tengo cría de carneros, chivos, aves, cerdos; no en grandes cantidades, pero si para el sustento de la casa.
El momento de recoger la cosecha es lo más gratificante.Cuando veo el producto final de mi trabajo es una satisfacción muy grande. Nada que en la tierra hay que morir.
En la «veguita» de Migue como todos le conocen también existen frutales como: mango y guayaba, junto a otros menos abundantes como el albaricoque y melocotón.
Obtener cada vez más alimentos es el anhelo de este productor quien le dedica a la tierra la mayor parte de su tiempo y así pone su granito de arena para el autoabastecimiento territorial tan importante para el municipio y el país.