Detrás de los médicos y enfermeros, hay otros rostros que aunque menos visibles, juegan un papel fundamental dentro del sector de la Salud Pública. Uno de ellos, es el de Perfecta Olivera Roque, Jefe del Departamento de lavandería en el Policlínico José Elías Borges de Minas de Matahambre.
Yo empecé aquí en 1985 como auxiliar de limpieza. Estuve dos o tres años en ese trabajo, incluso cuando estaba el hospital sin hacer nuevo.
Después pedí la plaza de auxiliar de limpieza en la sala de parto. En ese lugar me eché tremendo tiempo. Más adelante se retiró la Prieta (compañera de labores) y pasé para el closet y ahí estoy. Soy jefa de departamento, pero hago las mismas tareas: Lavo, tiendo, doblo, entrego y recojo ropa cuando me toca el turno.
Algunas veces estoy sola en la vacunación, desde las seis de la mañana, hasta después de las cinco de la tarde, no lo dejo hasta que no termino.
Mi trabajo en tiempos de pandemia, tengo que decir que ha sido riguroso, constante, con todas las medidas que hay que tomar en la lavandería.
Para cuidarnos traemos la ropa usada, la desinfectamos primero, por cuarenta y cinco minutos y después la lavamos por treinta y cinco minutos más, siempre con guantes y todo puesto.
Yo tengo miedo, pero gracias a Dios mira todo lo que he pasado y a mí no me ha cogido nada. Yo tengo las cuatro vacunas puestas y no me he sentido nada, hasta el momento. Y muy orgullosa de mi trabajo.
Aquí he aprendido muchas cosas y siempre estoy alertando a mis compañeras: pónganse el nasobuco, no tomen donde toma otro, traigan su vaso, su pomo de agua y mantengan distancia, aunque estemos todo el mundo aquí, pero la distancia es necesaria, un metro o dos, lo que sea. Y hasta el momento ninguna se ha enfermado
Perfecta ama la labor que realiza. Ella sabe, que aún cuando permanece gran parte del día a día, en su puesto de trabajo, la función que desempeña, es fundamental para garantizar la salud de los pacientes y el personal médico que salva vidas.
