Por: Pedro Abreu Mujica

Los pinareños de entonces no recordaban un suceso similar en el pasado de la ciudad. La agresión militar se prolongó por espacio de dos y media o tres horas. Las manifestantes no se quedaron con los brazos cruzados. Buscaron cualquier medio para repeler el ataque. Carlos Lugo era uno de ellos (1). En aquella época ocupaba la responsabilidad de jefe pinareño del Directorio Revolucionario (DR), recién fundado en la provincia y acudió a una movilización convocada por el Movimiento 26 de Julio:
«Nosotros todos, los revolucionarios, actuábamos juntos, procedíamos de los centros estudiantiles, del Instituto de Segunda Enseñanza y de las escuelas de Comercio, Normal de Maestros y Artes y Oficios», expresa. Y más adelante añade:
«Nos iniciamos en las huelgas y sabotajes tirando huevos con pintura roja a una valla grande con la figura de Batista, situada en la calle Martí esquina a Cavada, frente al palacio de los Guache».
Con el sentimiento unitario que lo ha caracterizado toda la vida, agrega:
«Eso facilitó que cuando se crearon el 26 y el DR, los combatientes pinareños nos manteníamos como hermanos y amigos compartiendo la lucha insurreccional contra la tiranía de Batista».
CON FERRITO Y BOLA PRIETA
Carlos Lugo vio cuando llegó una guagua de la que se bajaron más soldados para fortalecer el destacamento que había venido anteriormente en el camión. Rápidamente, en medio del corre corre, fue a una tienda cercana a tratar de comprar fósforos y no había. Regresó y se situó frente al mercado en unión de Ferrito (2) y Bola Prieta(3). Sacó unos cartuchos rojos grandes iguales a los de la dinamita, que le había entregado Joe Westbrook (4) en La Habana y entre los tres se los tiraron a los que llegaron en la guagua y al mismo tiempo les gritaban «¡dinamita!», para atemorizarlos:
Los guardias que avanzaban hacia los manifestantes se asustaron y se tiraron al suelo; pero los cartuchos no explotaron ya que no pudieron encenderlos. No eran de dinamita, sino petardos que hacían mucho ruido, pero ningún daño. A partir de ese momento se armó la pelea dentro del mercado, entre los sacos de las viandas, las carnicerías y otros puntos de venta que llenaban la amplia edificación y también fuera, en la calle 20 de Mayo, al frente del almacén de víveres de Luis Vega Castaño y otros establecimientos comerciales, para donde velozmente se trasladó Lugo.
Le tiró piedras a un esbirro y le mentó a la madre. Seguidamente corrió y pudo llegar al cine Aida, situado a tres cuadras de distancia, en la calle de Vélez Caviedez entre Retiro y Yagruma. Allí supo que los uniformados habían subido para el segundo piso del cinematógrafo persiguiendo a dos compañeros. Cuando Lugo fue a abrir la puerta para subir a dar apoyo a los perseguidos, bajaban dos militares. Uno de ellos era al que le había tirado las piedras y mentado la madre. Lugo recuerda: «En el portal del cine éste me conminó a que doblara mi espalda para darme plan de machete y me negué y lo ofendí y entonces sacó el arma blanca de la funda y cuando me lo fue a enterrar intervino El Catey (5). Se le tiró por la espalda y cayeron al suelo; yo me le tiré arriba y los dos empezamos a golpearlo, yo utilizando su propio casco, hasta que oí que venían mas sicarios y nos mandamos a correr; yo con el casco que boté después».
El Catey le salvó la vida a Carlos Lugo, a quien solo conocía de vista. A partir de ese día se integró a las filas de la Revolución.
Notas:
- Carlos Ramón Lugo. Combatiente contra la tiranía de Batista desde el mismo día del golpe de Estado. Fundador del Movimiento Estudiantil Revolucionario en el Instituto de Segunda Enseñanza de Pinar del Río, anterior al Directorio Revolucionario. Fundador y coordinador provincial del Directorio Revolucionario. Comandante del Ejército Rebelde. Combatiente internacionalista en Nicaragua contra la tiranía de Somoza.
- Rafael Ferro Macías, combatiente clandestino y guerrillero. Jefe del frente y sabotaje del Movimiento 26 de Julio, en la región y la provincia de Pinar del Río. Caído en combate desigual con las fuerzas represivas del régimen, se batió hasta el último instante de su vida. Fue ascendido a Comandante post mortem.
- Manuel Rodríguez Nodarse, combatiente clandestino y guerrillero, segundo de Ferrito en el frente de acción y sabotaje del Movimiento 26 de Julio. Capitán del Ejército Rebelde.
- Joe Westbrook Rosales, dirigente nacional del Directorio Revolucionario. Participante con José Antonio Echeverría en la Operación Radio Reloj, como parte del plan de ataque al Palacio Presidencial, el 13 de marzo de 1957. Asesinado en Humboldt 7, en abril de 1957, junto a los también dirigentes del Directorio, Fructuoso Rodríguez, Juan Pedro Carbó Serviá y José Machado (Machadito).
- José Luis Rodríguez Concepción. Miembro del Directorio Revolucionario 13 de Marzo. Estuvo alzado en la zona de San Cristóbal, después en la zona del Guayabo, bajo la jefatura de Manuel Rodríguez Nodarse (Bola Prieta) y en la zona Sumidero-Pica Pica, a las órdenes del comandante Raúl Fornell. Después del triunfo de la Revolución continuó en el Ejercito, a las órdenes del comandante Manuel Nogueira Ramos (El Tenientico). Cumplió misión internacionalista en Nicaragua y trabajó en el MINCEX hasta su fallecimiento.
(Continuará)