Yolanda Rodríguez Ortega, subdirectora del círculo infantil «XX aniversario del Asalto al Cuartel Moncada» tiene muy bien definido lo que significa ser educadora de la primera infancia.
Muy joven aún inició un largo recorrido por esta hermosa tarea que hasta hoy valora como la gran carrera que la formó de una manera integral, donde ha transitado por diferentes cargos hasta directora de la institución.
Comencé como educadora en 1978 en el círculo infantil La nueva flor del municipio Sandino.
Fui fundadora de esa institución y estuve en ella por seis años. Allí di mis primeros pasos en la docencia, tuve una buena preparación, porque conté con la oportunidad de trabajar con educadoras de experiencia que me enseñaron mucho.
Siempre tuve gran inclinación hacia el trabajo por lo que ocupé cargo como responsable de grupo, fui secretaria de la sección sindical y obtuve el carné que me acreditó como militante de la Unión de Jóvenes Comunistas.
Desde ese tiempo comprendí que esa sería mi carrera. Tuve la oportunidad de estudiarlo y así cumplí mi sueño.
En 1984 vine a vivir a Minas de Matahambre y trabajé por tres años en la institución Victoria de Viet Nam. Después pasé a este círculo hasta hoy.
En este centro comencé, como educadora de cobertura, que no es más que cubrir de lactante hasta sexto año donde haga falta.Más tarde me dejaron fija en tercer año de vida. Aprendí mucho más sobre valores: el compañerismo, la autopreparación, era y es un colectivo entrañable al que he amado mucho.
Me gradué como Licenciada en educación preescolar, transité por varios cargos desde responsable de grupo hasta directora de la institución.
Más tarde volví a subdirectora para dar paso, a que otra compañera se preparara también como directora y ahí me mantengo.
Amo a los niños y los siento como si fueran mis hijos, por lo que vivo pendiente de todo lo que tenga ver con ellos. La sonrisa de los niños, su cariño es algo muy especial para mí.
Hoy que me encuentro ya casi en edad de jubilación siento partir y dejar atrás todo este mundo de amor y fantasía, pero les digo a las que quedan que siempre que me necesiten ahí estaré
El sentir embarga a Yolanda cuando ve acercarse el fin de su vida laboral activa, no obstante confía en que su relevo está garantizado con la fuerza joven que ella misma ayudó a formar.
