Los precios del gas natural en Europa, crecieron cerca de un 700 % desde el inicio del año pasado, y ponen a ese continente «al borde de la recesión», según el sitio Bloomberg.
De acuerdo con ese medio, el gas natural se convirtió en el mayor desencadenante de la inflación mundial y podría amenazar la posición del petróleo como «combustible que define la geopolítica».
“El mundo ahora piensa sobre el gas como una vez pensaba sobre el petróleo, y el papel esencial que el gas tiene en las economías modernas y la necesidad de un suministro seguro y diversificado se han hecho muy visibles», afirmó Kevin Book, director de la empresa de investigación de políticas energéticas ClearView Energy Partners LLC.
Según precisa Bloomberg, esa tendencia se debe a la disminución de los suministros energéticos rusos a Europa, a lo que se une la campaña lanzada por los propios países europeos en su intento de reducir su dependencia del gas ruso.
Ahora Europa aspira a diversificar los suministros antes de que llegue el invierno, y se ha visto envuelta en una carrera para asegurarse los suministros del gas natural licuado (GNL).
Hay que recordar que en medio de los recortes energéticos rusos, la Unión Europea (UP) importó por primera vez más gas natural licuado estadounidense.
A mediados de junio, la empresa estatal rusa Gazprom advirtió que se vio obligada a reducir el flujo de gas a través del gasoducto Nord Stream, una de las principales rutas de suministro de gas ruso en el viejo continente. La empresa indicó que el motivo de la medida se debe a que la compañía alemana Siemens aún no le había devuelto el equipo técnico utilizado para bombear el gas, que se encontraba en reparación.
Reseña RT que dos semanas después, la empresa operadora Nord Stream AG comunicó que desactivará ambas tuberías del gasoducto Nord Stream desde el 11 hasta el 21 de julio para efectuar trabajos de reparación planificados con el objetivo de «garantizar la explotación eficaz, segura y fiable del gasoducto».
Entonces, la disminución de los suministros hizo que ciertos políticos europeos acusaran a Rusia de reducir deliberadamente el flujo de gas.
Al respecto, el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, enfatizó que Rusia valora su perfil de proveedor «muy fiable» de energía, por lo que cumple rigurosamente todas sus obligaciones. No obstante, recordó que existen también «ciertos ciclos técnicos de mantenimiento» de la infraestructura gasística.
Por otra parte, la Agencia Internacional de la Energía (IEA en inglés), en su informe trimestral sobre el gas difundido el martes último, afirma que este combustible seguirá en niveles muy altos por lo menos hasta el 2025.