Cuba recuerda hoy la obra y el pensamiento de Raúl Roa, el «Canciller de la Dignidad», a 40 años de su desaparición física.
«El mérito no es mío, es de la Revolución cubana que yo represento”, afirmaba siempre que lo felicitaban por éxitos en los espacios internacionales a donde llevaba con orgullo el ejemplo de su país.
A estos principios patrios llegó también por la educación de su familia humilde y en especial del abuelo, el mambí que luchó por la independencia bajo el mando de estrategas militares como Antonio Maceo, Ignacio Agramonte y Máximo Gómez.
El apelativo de «Canciller de la Dignidad» lo ganó por su intensa labor al frente de la diplomacia revolucionaria, sus cruciales batallas ante organismos internacionales y su poder de decisiones rápidas, coherentes, y pensadas siempre desde su país. Falleció el 6 de julio de 1982 a los 73 años de edad.
Aquel martes, miles de personas le rindieron homenaje en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, que contó con la guardia de honor de Fidel.