
El equipo coordinador del ensayo clínico pediátrico con la vacuna cubana Abdala, que transcurre en esta ciudad desde el 15 de julio pasado, quiso conmemorar el Día de la Rebeldía Nacional con una excelente primicia: el inicio de la Fase II en adolescentes comprendidos entre los 12 y los 18 años de edad.
Para ello, este lunes feriado abrieron nueve vacunatorios en igual cantidad de áreas de Salud de la villa principeña, con el propósito de aplicar la primera dosis de Abdala al grupo etario previsto, luego de vencer de manera satisfactoria la etapa inicial del estudio Ismaelillo en una muestra de 44 muchachos y muchachas.
Entre estos estuvo Leonardo Falcón Rosabal, estudiante de Noveno Grado de la Escuela Secundaria Básica Pepito Mendoza, quien no dudó un segundo en dar su consentimiento: «Les digo a todos, afirmó sonriente, que hay que vacunarse y no temer, pues más miedo hay que tenerle a la terrible COVID-19».
Feliz de que Aleicer Lázaro, alumno de la especialidad de piano en la Escuela Vocacional de Arte Luis Casas Romero, fuera también de los primeros en inmunizarse con Abdala, Georgina Castillo Luis, su mamá, declaró emocionada:
«Miles de niños en Cuba y en el mundo esperan por la vacuna; por tanto, el hecho de que mi hijo sea parte de esta historia me enorgullece como madre. Confío en la ciencia cubana y esto me hace agradecer doblemente la posibilidad de haber nacido en este país»
La Doctora en Ciencias Sonia Resik Aguirre, investigadora principal del ensayo clínico, agradeció a los padres y a los niños que voluntariamente dieron su disposición a participar, convencidos de la necesidad de contar, lo más pronto posible, con una vacuna segura y llegar a inmunizar a toda la población infantil de Cuba.
«Es muy importante que culminemos el estudio con el éxito que esperamos, en cuanto a seguridad e inmunogenicidad del producto, para que nuestros niños puedan retornar a la vida normal, retomen las clases presenciales, puedan jugar en las calles y divertirse, algo que mucho necesitan», comentó la especialista.
Sonia Resik Aguirre expresó la confianza y satisfacción de que sea Camagüey la sede de la investigación, una provincia con más de 20 años de experiencia en la realización de ensayos clínicos, cuyos resultados han sido reconocidos por las organizaciones Mundial y Panamericana de la Salud.
«Esa es también una obra colosal de la Revolución», aseguró, al referirse a la fortaleza de poder contar con científicos capaces de producir una amplia gama de medicamentos que son empleados, ahora mismo en medio de la pandemia, en el tratamiento de los pacientes infectados con el SARS-CoV-2.
Según se ha concebido, y a partir de los resultados que se vayan alcanzando, previa aprobación de la autoridad regulatoria, el ensayo clínico Fase I-II continuará luego su curso de manera gradual en pequeños entre tres y 11 años de edad, hasta completar la muestra total prevista de 592 niños y adolescentes.