La Licenciada en Enfermería, Dayri Cires Cabrera, quien se desempeña como vicedirectora de Higiene y Epidemiología, en el policlínico José Elías Borges, de Minas de Matahambre, donde además dirige el puesto de mando de la Covid-19, nunca imaginó que su vida cambiaría en tan poco tiempo con la llegada de la pandemia.
«Para mí, es difícil y a la vez hermoso asumir este reto, porque he tenido la oportunidad de ayudar a salvar mi pueblo minero y contribuir con la salud de mi gente. Nací aquí y me siento orgullosa de serlo, de verdad que sí.
No es menos cierto que mi vida cambió, incluso mi deber como madre de familia, esposa e hija. Todo se ha derrumbado.
He delegado los deberes hogareños a mi hija mayor, quien tuvo que asumir como mujer, todos los roles que yo cumplía y decir que le agradezco a mi esposo, por todo lo que está pasando porque como padre tiene que enfrentar la educación de nuestros hijos solo, asimismo entender el paso de muchos días sin verme.
Días de llegar a mi casa, sin poder tocar a los muchachos, teniendo que dar la vuelta y entrar directo a la terraza a quitarme la ropa que llevo puesta, y no darle un beso a mi niño.
Días especiales de no poder estar con ellos, dígase el cumpleaños de la niña, o la cena por la baja del servicio del niño, cuando me encontraba preparando la comida, me llaman para ir por un sospechoso y tuve que irme, sin terminar.
Es imposible para una persona describir lo que estoy sintiendo. Ya digo ha sido algo diferente, a lo enfrentado durante tantos años de profesión, un reto asumido con la mayor responsabilidad del mundo, por lo que me siento realizada, y como profesional inmensamente feliz de lo que hecho por mi pueblo.»
A pesar de las circunstancias a esta humilde mujer, el amor por el prójimo le impulsa todos los días a echar a andar.
» Mi convicción como persona, es lo que me motiva a acometer la tarea con tanta dedicación, la condición de ser por encima de todo muy humana.
No puedo explicarles cuántas anécdotas, creo que podría hacer un libro con todo lo vivido, de esa satisfacción de estar en aquellos lugares tan difíciles para ayudar a la gente. Por ejemplo en el poblado de la Peña, donde no pude cruzar el río y un tractorista nos ayudó a sacar a las personas del otro lado, quienes eran casos sospechosos. Me acompañaba en ese instante, el vicedirector de salud en estos momentos, el doctor Daniel, para ambos fue muy difícil, pero cumplimos el reto.»
Hoy Dayri Cires Cabrera, es una de las figuras más emblemáticas del territorio, pues la labor que realiza, sin dudas, es fuente de luz y esperanza. Por ello le otorgaron la condecoración al mérito, humanismo, sensibilidad y solidaridad. Para ella toda nuestra admiración y respeto.