Juana Martínez Capote es una abuela de 78 años de edad, que ha dedicado su vida a la siembra de cultivos en el campo. Para ella no existe mejor satisfacción que sostenerse de su esfuerzo.
Juana Martínez Capote es campesina de pura cepa, a pesar de su avanzada edad ella constituye la ayuda idónea de su hijo en el campo, pues cada día brinda su esfuerzo en la producción de alimentos, así como en la cría de aves y de cerdos.
“Yo tengo 78 años y vivo con mi hijo en la finca de Pan de Azúcar, al norte de Minas de Matahambre.
Cosecho los ajos del consumo del hogar, engordo mis cerdos y le ayudo a mi hijo a trabajar en el campo porque él es solo.
Me levanto por las mañanas alimentando a las crías que tengo y así de una cosa en otra, me gusta mantenerme ocupada todo el día.
Cultivo boniato, maíz, yuca, frijoles, calabaza, pepino y malanga, así como árboles frutales.
Yo le aconsejo a todo el que tenga un pedacito de tierra que lo cultive, porque vivimos tiempos en los que la economía del país necesita de la mano de su pueblo y hay que sembrar para comer.
Todo me gusta del campo, porque el campo lo da todo, da alimentos al pueblo, a los animales y principalmente a nosotros que vivimos aquí, que no tenemos que ir a comprar fuera.
Desde que nací soy campesina y esa es la vida que a mí me gusta y estaré en el campo hasta que Dios me lo permita porque el campo da vida.”
“Cultiva tu pedacito”, primicia a la que hace honor con su accionar. Para Juana lo más importante, en estos tiempos, es producir el alimento necesario para sostenerse.
Más de siete décadas conforman el historial de su vida, pero sin importar los achaques que vienen con el pasar de los años, en cada jornada pone su empeño por lograr la mejor cosecha y a la vez disfrutar de la satisfacción que le trasmite la vida campestre.