El campesino antes del triunfo de la Revolución vivía marginado y con mucha miseria
Pascual González Calvo quien vivió su niñez y primera juventud en gobiernos de turno de la neocolonia en Cuba previos al triunfo revolucionario de 1959.
Procedente de una familia campesina conoció los horrores de la época que nunca podrá olvidar.
La mayoría de los campesinos vivían en tierras de terratenientes, que era como le llamaban a aquellas personas que tenían grandes cantidades de tierra.
Algunos no eran malos, pero de todas formas no le daban ninguna atención a las familias pobres. Y cuando a alguno le parecía bien usar su tierra para algún negocio que le molestaran los campesinos, los echaba al camino real sin protección alguna
La triste historia del desalojo de los » Acuáticos» retoza en la mente de Pascual y sale por sus labios como un río.
De pie, en el pequeño conuquito que cosecha cercano a su vivienda, ante esta reportera cuenta el relato que aunque no vivió, conoció en detalles por los que lo vieron con sus ojos.
Le decían los acuáticos por una religión que practicaban.Eran unas cuantas familias. Vivían en tierras de Pedrito Blanco en el Rosario, en zonas de Puerto Esperanza.
Era tiempo de postulaciones.Él les dijo que tenían que darle el voto al político por el que él votaba y ellos le dijeron que no votarían por cuestiones de religión. Pedrito les aseguró que si no votaban, él los votaba a ellos de sus tierras y así lo hizo. Las familias abandonadas a su suerte cogieron la carretera rumbo a Viñales
González Calvo recrea la historia como si la hubiera vivido
Había ancianitos, mujeres embarazadas, paridas, niños, que salieron de aquel lugar con lo que pudieron llevar a cuesta,muy poco imagínese.
Cuenta como aquel grupo de personas sobrevivió la travesía ayudados por los campesinos, que a lo largo del camino le ofrecían lo que podían.
Los dejaban dormir en casas de tabaco y le daban algo de comida, lo que podían hasta que llegaron a la Sierra del Infierno, en Viñales que era el lugar donde vivía Antoñica Izquierdo, la líder de la religión que ellos profesaban
Pascual asegura que aquello fue un crimen y no puede menos que comparar la actitud de la Revolución cuando triunfó,en bien de ese sector.
En su calidad de dirigente en el propio municipio Viñales recuerda como el Gobierno trató de ayudar a aquellas mismas personas con la salud y la educación.
Hasta el lugar remoto de la Serranía donde vivían llegó el Gobierno para ayudarles, sólo que ellos no aceptaron por sus motivos religiosos y se mantuvieron distantes, pero nunca se les importunó
Estas historias no las debe olvidar el pueblo cubano, pues son ellas las que nos recuerdan de donde venimos y que fue lo que vivimos cuando quienes aquí gobernaban respondían,a los intereses del Gobierno norteamericano.
Por eso hoy en nuestros campos celebran el Día del campesino y lo hacen confiados, en que nada, ni nadie les arrebatará el pedacito de tierra donde viven, ni las conquistas que junto a la Revolución lograron.