Niuri Mezquía González, es una de las enfermeras del área de salud Santa Lucía integradas a tiempo completo a la inmunización masiva a la población contra la Covid-19.
Con mano segura empuña cada jeringuilla para inocular a las personas con el placebo que le corresponda. A propósito accedió a una entrevista con Radio Minas.
¿En qué momento de la campaña se sumó?
El mismo día de iniciarse la intervención masiva a la población me incorporé al trabajo, después de concluir una licencia de maternidad.
Precisamente por estar de licencia no pude participar en la vacunación a los trabajadores de salud, pero tuve gran placer de ver iniciar esta campaña y participar en ella directamente.
¿Cómo fue esa primera jornada para usted?
Muy emotiva, no sólo para mí sino para todo el equipo de salud que participó ese día y creo que para todas las personas que tuvieron la oportunidad de convertirse en los primeros en recibir la vacuna.
Una larga jornada donde vacunamos más de 600 personas. Aun en la tarde la cola no se terminaba, pero nosotras aún cuando estábamos agotadas permanecíamos dispuestas y entusiamadas. Sabíamos que iba a ser así, porque la gente estaba deseosa de tener la vacuna. De todas formas fue impresionante.
¿Cuáles han sido para usted los momentos de mayor satisfacción?
Creo que los mismos momentos que serían de mayor satisfacción para la propia población, cuando reciben la primera y la última dosis. Ambos son momentos especiales.
Las personas llegan muy contentas y sobre todo en la última; es como que ya van a completar el sueño. Ponen su hombro muy alegres y yo comparto esa alegría.
Otros de los momentos ha sido con la vacunación a los niños. Unos temerosos, otros muy decididos, pero de todas formas esta parte con las edades pediátricas, es muy emotiva porque también es un anhelo inmunizar a la población infantil y ha sido de satisfacción
Hasta hoy ¿Qué la motiva a continuar esta tarea?
Es un poco del granito de arena que puedo brindar, a partir de mi profesión para erradicar esta pandemia. Es una tarea muy hermosa.
Es un privilegio poder ser el puente entre el trabajo de la ciencia y la población, llevarles a la gente esa vacuna que costó tanto trabajo y sacrificio a nuestros científicos, tener en nuestras manos un producto tan deseado y costoso que trae vida a la población
Mezquía González renunció a los beneficios de la Ley de seguridad social como madre para incorporarse, a esta labor para contribuir a salvar la vida de sus coterráneos.
