Inicio De InterésPinar del Río Seguir la historia: La entereza de un imprescindible

Seguir la historia: La entereza de un imprescindible

Por Redacción Radio Minas

Por Pedro Abreu Mujica

Como Pinar del Rio y Cuba conocen el pasado 7 de marzo, el comandante Julio Camacho Aguilera cumplió 100 años de edad. Las 2 semanas previas al cumpleaños visité dos veces su casa, aquí en La Habana. La segunda de las visitas la hice acompañando al periodista y amigo pinareño Manolito Rodríguez Salas, que lo entrevistó para la televisión. Después Camacho y yo hemos hablado por teléfono y con Gina recientemente con motivo del Día de las Madres.

En mis visitas encontré a Camacho con buena salud mental y física, solo padece de una comprensible disminución de la visión y la audición. Tenía también muy buen ánimo y el optimismo de siempre. Habló largamente con la voz fuerte y la coherencia en las ideas que defiende. La memoria, muy clara. Recuerda perfectamente hechos, nombres y fechas.

Camacho nos habló también de los proyectos que están en ejecución en la Península de Guanahacabibes, los que están previstos para el futuro y sobre las infinitas potencialidades de esta zona, lejana geográficamente, pero promisoria para el desarrollo del país. No solo en la esfera turística y la protección del ambiente, también en el ámbito agroforestal. Camacho no se ha jubilado y esa idea ni le pasa por la mente.

La carretera que lleva hasta lo más apartado de la zona, echada sobre el “diente de perro”, se construyó cuando él era el primer secretario del Partido, en la provincia, por los años 70 o 71, cuando las brigadas de viales pertenecían a un organismo llamado DAP (Desarrollo Agropecuario del País).

Las dos conversaciones que sostuvimos en su casa fueron largas, particularmente la dedicada a la filmación de la entrevista. Pasó cerca de 3 horas respondiendo preguntas ante las cámaras de televisión, con unos pocos y cortos recesos para tomar agua y café; no se le notó ningún asomo de cansancio ni siquiera la intención de concluir la entrevista. Quedó registrado en su propia voz un valioso testimonio, contado por uno de los miembros más destacados de la generación histórica.

Mientras lo escuchaba narrar sus vivencias y los episodios de nuestra lucha revolucionaria, evoqué mentalmente los versos del alemán Bertold Brech: “Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos.Pero los hay que luchan toda la vida esos son los imprescindibles”. (1)

Sin lugar a dudas, tenía delante de mí a uno de los imprescindibles, para quien la mayor y más profunda satisfacción, en un siglo de vida, era el éxito de la lucha insurreccional contra la tiranía de Batista y, como resultado de la misma, que hayamos alcanzado la independencia, la soberanía y la libertad de Cuba.

Para él esa victoria, culminación de un largo proceso histórico iniciado por Carlos Manuel de Céspedes, casi 90 años antes, fue alcanzada, en primer lugar, por ese genio que se llamó Fidel, que supo aglutinar a nuestro pueblo y organizar un ejército para luchar por esos objetivos de independencia, soberanía y libertad.

Rememoró la historia y a los cubanos que soñaron e hicieron posible la liberación de la Patria. ¨ Y esa es la más grande satisfacción que yo puedo sentir, que triunfó la Revolución, seguimos en revolución y que Cuba es independiente y soberana¨.

La reciedumbre que tuvo Camacho le permitió resistir y sobrevivir a las torturas de los represores del régimen de Batista, que lo pusieron más de una vez al borde de una muerte horrible y segura. Pero ni aun en esas circunstancias terribles pudieron quebrar su entereza personal y su lealtad hacia la Revolución y Fidel.

Nació en la actual provincia de Holguín, pero de niño fue llevado a vivir a Guantánamo. Muy joven se incorporó al trabajo ferroviario, donde se convirtió en líder obrero. La tradición proletaria del sector y la herencia patriótica familiar, ayudaron a forjar su carácter rebelde contra toda injusticia.

Vivos en sus recuerdos los abusos y crimines de los latifundistas en el Realengo 18 y el asesinato del líder campesino Niceto Pérez, así como las movilizaciones y acciones de las que tomó parte en apoyo a la rebeldía de aquellos humildes hombres del campo.

En Guantánamo también conoció al amor de su vida e inseparable compañera de sueños y combates, Gina Leyva Pagán.

Camacho compendió, poco después del 10 de marzo de 1952, que la lucha armada era el único medio para derrocar el régimen espurio instalado ese día mediante un golpe de Estado. Y a ella se sumó plenamente.

Fue de los fundadores del Movimiento 26 de Julio en su localidad. Asaltó un polvorín en el central Ermita. Se levantó en armas el 30 de noviembre de 1956, en espera del desembarco del Granma. Fue de los hombres más cercanos a Frank País García (2). Encabezó un grupo guerrillero en la región de Guantánamo. Cumplió arriesgadas y delicadas misiones del Movimiento en otras provincias del país: jefe de Acción en Las Villas, en la entonces llamada Habana campo y del levantamiento del 5 de septiembre en la ciudad de Cienfuegos.

Fidel lo designó su delegado para entrevistarse, varias veces, con altos jefes militares del régimen de Fulgencio Batista que plantearon su interés de conspirar contra el tirano. En los días finales de la guerra regresó a la Sierra Maestra y Fidel lo envió, junto con Gina, a reforzar la jefatura del frente guerrillero de Camagüey.

Después del triunfo de la Revolución ha trabajado tesoneramente en varios frentes: Ministro del Transporte, alto oficial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, máximo dirigente del Partido en las provincias de Pinar del Río (3), ciudad de La Habana y Santiago de Cuba.

El 21 de mayo de 1986 fue nombrado embajador en la Unión Soviética. Para ese cargo se designaban destacadas personalidades de la dirección del país. Cuando aquello Camacho era miembro del Buró Político del PCC. Ejerció esa responsabilidad hasta el año 1990. Debió mantener las relaciones entre ambos países en medio de muchos cambios “eran tiempos complicados, había mucha confusión y resquebrajamiento”, lo que condujo inevitablemente a la desaparición de esa gran potencia socialista. Y a la vez debía orientar a los jóvenes cubanos que estaban en ese país multinacional.

Cuando concluyó su trabajo en Moscú, le solicitó a Fidel asumir el inmenso reto que implicaba impulsar la preservación y el desarrollo de la lejana, intrincada y despoblada península de Guanahacabibes, ruta casi obligada de todos los huracanes que azotan la Isla, pero también de muchísimas embarcaciones, no solo turísticas, que pueden proveerse en el lugar de servicios de logística y/o disfrutar de sus vírgenes y bellas playas.

Hace 34 años que Camacho volvió a Pinar del Río, esta vez al frente de Guanahacabibes. Con 100 años de edad sigue soñando con el futuro y trabajando para alcanzarlo.

En próximas ediciones de esta sección, iremos publicando la entrevista derivada de esas conversaciones con Camacho, bajo la etiqueta de Centenario de un héroe.

Notas:

  1. Eugen Friedrich Brecht, poeta y dramaturgo alemán.
  2. Jefe Nacional de Acción del Movimiento 26 de Julio. Organizador y dirigente del levantamiento del 30 de noviembre de 1956 en Santiago de Cuba, y otros lugares del país, en apoyo al desembarco del Granma. Asesinado por la dictadura el 30 de julio de 1957.
    3.Secretario del Partido en la provincia de Pinar del Río 1969-1979.

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