Estados Unidos continuará siendo el único país industrializado del Planeta que no garantiza ni un solo día de licencia pagada por maternidad, después de que el paquete de gasto social del presidente, Joe Biden, dejó fuera esa medida.
Durante muchos años, el Congreso ha permanecido estancado en el tema, pues si bien tanto demócratas como republicanos están de acuerdo en que debería haber existir una licencia de maternidad pagada, siguen divididos sobre cuáles deberían ser exactamente las disposiciones y quién debería pagar el tiempo libre remunerado.
Pero justo cuando en la Casa Blanca reside un demócrata y cuenta con mayoría en las dos cámaras del Congreso, la opción de sacar adelante un proyecto así, volvió a ser sacrificad por los rejuegos de la política.
La aprobación de una licencia de maternidad fue excluida por Biden de su plan para rehacer la economía de Estados Unidos, un proyecto que contempla un conjunto de medidas de gastos social, más una ambiciosa iniciativa en mejoras para carreteras, puentes y otras obras de infraestructura.Dos senadores demócratas conservadores, Joe Manchin y Kyrsten Sinema, consideraban el componente de gasto social demasiado caro, y obligaron a Biden a meses de negociaciones, hasta que la Casa Blanca redujo notablemente el costo de su propuesta a uno coma 75 billones de dólares respecto a los tres coma cinco billones presentados inicialmente.
Fue en ese contexto que quedaron fuera del nuevo marco de gasto social prioridades progresistas clave, como ofrecer 12 semanas de licencia pagada por maternidad o paternidad, así como a los cuidadores de familiares gravemente enfermos y personas que padecen una enfermedad grave.
Sobre todo, una licencia parental habría sido una parte crucial de la red de seguridad social en Estados Unidos, al garantizar a los trabajadores el empleo cuando tuvieran que tomar un tiempo libre para dar a luz o cuidar a un niño.
Pero solo el 19 por ciento de los trabajadores estadounidenses tienen acceso a una protección laboral remunerada a través de un empleador, y muchos Ni siguiera la utilizan ante el dilema de elegir entre tiempo libre o un cheque de pago.
Hay encuestas que revelaron que una mayoría del 82 por ciento de los estadounidenses apoyan la licencia familiar y médica pagada, e incluso, a raíz de la pandemia, casi 200 ejecutivos de grandes empresas escribieron una carta al Congreso para pedir que se aplique esa medida de protección social.
Millones de mujeres votaron a los demócratas en las últimas elecciones impulsadas por la promesa de que Joe Biden mejoraría las oscuras perspectivas a las que se enfrentan cuando deciden ser madres o padres, un problema que lastra especialmente a las mujeres afroamericanas.
Para la periodista independiente Kathleen N. Walsh, aunque suene exagerado, al gobierno estadounidense no le importan las mujeres, a la luz de la noticia de que el senador conservador demócrata, Joe Manchin, obligó a que la licencia de maternidad pagada quedara fuera del proyecto de gasto social de Biden, para reducir su costo.Walsh comentó que sin una licencia parental remunerada, los hombres pueden perder un beneficio, pero son las mujeres las que soportan las consecuencias, y citó los estudios que indican cómo en el transcurso de la pandemia, las estadounidenses han perdido cinco millones de puestos de trabajo netos, un millón más que los hombres.
La periodista independiente destacó también los análisis económicos según los cuales la licencia pagada, familiar y médica, es buena para la economía de Estados Unidos, pues la satisfacción y retención de los empleados mejora, y las empresas no tienen que gastar fondos adicionales para reemplazar a los trabajadores.
Diversos estudios coinciden en un programa federal de bajas pagadas impulsaría el mercado laboral, acrecentando la probabilidad de que las madres estadounidenses regresen al trabajo después de tener hijos.
Estados Unidos es la única nación rica que no garantiza licencias pagadas a las madres después de que dan a luz o adoptan un hijo.
