José Luís García Gómez residente en el barrio La Granja en el consejo popular La Sabana demostró la veracidad del pensamiento martiano de que si el hombre, la tierra sirve.
Su creatividad sobrepasó el límite de lo imaginable cuando asechado por la escasez de recursos, para proteger de los animales un reducido espacio de tierra, aprovechó las paredes de dos viviendas cercanas para obtener una «cosechita» de tomates.
Ante su pretensión de arrancarle algún fruto a una tierra «lavada» según él, muchos pusieron en duda el provecho de su trabajo.
Cuando comenté a la familia que iba a sembrar tomates ahí me dijeron que estaba loco, que ahí no se daba nada; imagínese un patio que se barre todos los días, limpio como un cemento.
Es un espacio de alrededor de 14 metros de largo por tres y medio de ancho.Sólo tuve que cubrir los dos frentes de ancho. Abrí huecos y deposité en ellos una tierra fértil. El semillero lo obtuve en un tanque plástico en desuso que alcanzó para lo que sembré y para darle a otros
Al comprobar el avance prometedor del humilde proyecto otros de la familia se sumaron.
Cuando vieron que las maticas de tomate venían con tanta fuerza mi nieta y mi nuera comenzaron a ayudarme a regarlas y ya ve usted como está esto. Ya hemos cogido frutos aunque ahora es que comienzan a madurar algunos tomates
Y así fue, como lo soñó José Luís, las hermosas plantas que alcanzan la estatura del hombre y que de tan verdes «casi están negras», dice él, hoy su mesa se viste del verde y el rojo de la sabrosa hortaliza, sin tener que comprarla.
Ahora este amante de la tierra, a pesar de sus casi ocho décadas está decidido, a no dejar escapar una oportunidad de convertir cualquier espacio en alimento para su familia.
Para el próximo año voy a sembrar intercalándolas en las matas de plátano
José Luís no solo trata de sacar provecho al terreno que le rodea, sino que impulsa a que otros también lo hagan consciente de la necesidad del país de que se potencie la producción de alimentos y de que desde el barrio el producto llega más rápido a la mesa.
