El patio de Daniel Pupo Eacalona y Aniura García Díaz es uno de los que está por declararse «Aniversario 60 de la FMC», pero quedó pendiente producto a las restricciones impuestas por la Covid-19.
Él es pastor de una Misión Bautista de Libre Albedrío, ella profesora de Contabilidad de la Enseñanza Técnico Profesional del Centro Mixto Ismael Rodríguez Moreno al norte de Minas de Matahambre.
Ambos son amantes de cultivar el pedacito que tienen a su disposición.
Crecí en una finca y siempre me gustó sembrar,ver las plantas crecer y recoger el fruto.De adulto en todos los lugares donde he vivido siempre tuve a mi disposición un patio que he cultivado y ahora en este lugar también es así
Como su ayuda idónea, su esposa Aniura, pone su granito de arena para hacer producir el reducido espacio.
Le ayudo en la búsqueda de semillas,me gusta mucho sembrar diferentes productos;hace poco sembramos brócoli,es una planta que aquí en Cuba no se da mucho, pero nosotros la logramos en nuestro patio, es deliciosa y tiene varios nutrientes. También lo ayudo a cargar el agua para regar las plantas y recoger los desechos de las plantaciones y mantener limpio el huerto
Para él, además de una necesidad de alimentación el cultivo tiene un encanto que da vida, ennoblece y satisface el alma.
Para mi cultivar la tierra es una acción que juega un papel importante en la materialización de la supervivencia humana. Pero además como realización personal provoca un efecto positivo,en la parte espiritual y emocional del hombre,de ahí la necesidad de no abandonar el cultivo de la tierra
Esto también lo confirma Aniura que sin reservas confiesa que si de plantar se trata prefiere las plantas ornamentales.
Lo que más me gusta es cultivar orquídeas, captus y begonias. Tengo seis especies de orquídeas, una docena de captus y algunas begonias,donde quiera que puedo conseguir alguna la siembro
Cultivar la tierra no es sólo poner la semilla en el surco y esperar a que dé frutos, es un don, es un arte y como todo arte necesita amor asegura Pupo Escalona.
Para tener el fruto que uno desea tiene que atender bien esa planta regarla, cuidarla de las plagas. Cuando a uno le importa el sacrificio que hace, uno ama a las plantas y las plantas dan buen provecho
Daniel confiesa que a todo ello y el disfrute en la mesa de cada producto obtenido con sus manos el placer se duplica cuando lo comparte con otros.
Aniura de igual manera asegura que no tiene a menos regalarle a alguien, sus captus y begonias.
