Cuando de empeños para impulsar la producción de alimentos se trata, en el barrio la Granja en el consejo popular La Sabana, Yosbany y Yosbel Subizarreta Rivero tienen un lugar en la lista por sus esfuerzos.
A este quehacer se debe la transformación de un microvertedero en un huerto, donde hoy son visibles los frutos, aunque ello no fuera tarea fácil.
Esa esquina estaba llena de basura, marabú y mil cosas amonotonándose, por casi 20 años, pero le metimos mano y mire para eso cómo está ahora. Pensamos en obtener ahí, todos los alimentos que podamos para la familia.
El ojo visor lo tuvo el cuñado y vecino de ambos jóvenes José Luís García Gómez, quien ya le había puesto mano a su propio patio, con el fin de cosechar unos tomates, motivado por el llamado del país a cultivar cualquier pedacito de tierra como una cuestión de primer orden para la nación.
Un día conversando con ellos ahí en el portal sobre el tema les dije: -Miren ese pedazo de tierra que no es de nadie y lo tienen de basurero; ¿Ustedes creen que se pueda limpiar y sembrarlo de algo?
La interrogante no quedó en el aire. Sólo unos días y ya estaban limpiando el «basurero» donde también José Luís, a pesar de sus años participó.
Lo primero que sembramos fue plátano pero no se dio y después decidimos cercar una parte para sembrar tomate
La cercanía de una abundante cañabrava facilitó el cercado.
Una vez más guiados por el sabio consejo de José Luís, los hermanos se deshicieron de una vieja casita de patio y en su lugar prepararon varios canteritos donde también hoy obtienen plantas que constituyen condimentos para las comidas como ajo puerro y ajíes.
A sólo seis meses de comenzado este proyecto en un terreno que más que ocioso tributaba en detrimento del medio ambiente lugareño, hoy reina el entusiasmo entre los hermanos y parientes de la vecindad quienes apuestan por el incremento y diversidad de los cultivos.
Una muestra de ello son las más de 20 matas de café en germinación que para empezar está bien, aseguran.
El trabajo fue arduo sin embargo hoy gozan de la satisfaccion de obtener en su propio entorno alimentos necesarios para su seguridad alimentaria además de contar con la admiración de la vecindad, que también se beneficia con los frutos.