De principios de la pandemia por Covid-19 cuando Cuba comenzó a reportar casos positivos a la enfermedad nos dolíamos de escuchar cifras pequeñas como 10, 15 o 20 mayormente, en personas de la tercera edad, mientras los infantes no aparecían en las listas.
Las altas médicas siempre eran más que los ingresos y eso mostraba un balance favorable. Las muertes eran mínimas, en tanto los graves y críticos muchas veces se recuperaban.
A algo más de un año el panorama de la Isla es diferente. Las cifras de los positivos ya rondan los cuatro mil diarios mientras los fallecidos, son más de mil, siempre en un ritmo ascendente y esto contra todo pronóstico.
La circulación de nuevas y muy contagiosas cepas del nuevo Coronavirus son la principal causa de esta situación.
Sin embargo el no cumplimiento de las normas sanitarias también es un motivo de peso que origina, en gran medida, esta situación tanto en la población como en centros de aislamiento, incluso hospitalarios.
Lo que vemos no es nada alentador, por tanto afianzar en el cuidado y protección con todas las medidas y medios posibles es más que un deber, una obligación ciudadana de cada cual pues, el virus no hace acepción de personas.
Cuidar de sí mismo lleva implícito también cuidar de los demás: mamá, papá, hijos, hermanos, esposa (o), amigos.
Pensemos en esto y adoptemos cuanta forma sea posible para evitar el virus. Vale la pena.
