La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha informado de la aparición de tres nuevas variantes designadas como XD, XF y XE. Esta última es la más peligrosa.
XD y XF son combinaciones de Delta y Ómicron, mientras que XE resulta de la combinación de la variante original de Ómicron (BA.1) y el sublinaje dominante BA.2 -conocido como Ómicron silenciosa-.
La variante XE de la Covid se detectó por primera vez en Reino Unido a mediados del mes de enero y ya ha llegado a naciones como Tailandia o Israel. Es más rápida e infecciosa porque según los estudios realizados crece un 10% más rápido que la denominada ómicron silenciosa.
Ómicron, se ha convertido en el virus más contagioso de la historia, y su nuevo sublinaje es un 70% más infeccioso que la versión original.
El subtipo BA.2 es predominante en varios países del mundo y es la mutación que más diferencias presenta respecto a la Ómicron original, por lo que la combinación de las dos ha alertado a la comunidad científica.
La OMS, «continúa monitoreando y evaluando de cerca el riesgo para la salud pública asociado con las variantes recombinantes, junto con otros SARS-CoV-2, y proporcionará actualizaciones a medida que haya más evidencia disponible», añade ese ente.
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Los expertos calculan que cada 11 días aproximadamente aparecen nuevas variantes de coronavirus. Esto se debe, principalmente, a que no todas las personas reaccionan igual ante el virus y que éste muta para subsistir a las vacunas y las defensas propias de cada individuo.
Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), más de 2.800 millones de personas no han recibido aún una sola dosis de la vacuna contra el coronavirus. Esto impide acabar con la pandemia y, conforme ha alertado la OMS supone un grave riesgo de aparición de nuevas variantes.
El último informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) constata su presagio respecto a la evolución "asimétrica" en el reparto de las vacunas contra la Covid-19. Los datos no dejan lugar a la duda. En la actualidad, apenas un tres por ciento de la población de los países considerados pobres se había vacunado con al menos una dosis contra el coronavirus. El porcentaje en los países con mayores ingresos se eleva hasta el 60%.