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Seguir la historia: Centenario de un héroe (3)

Por Redacción Radio Minas
Julio Camacho Aguilera / Foto: Pedro Abreu Mujica


Enamorado de Guanahacabibes
Entrevista con Julio Camacho Aguilera

Por: Pedro Abreu Mujica

Parece increíble, pero es cierto: Camacho con 100 años cumplidos se siente con el mismo espíritu de cuando era joven. Se mantiene actualizado de los temas políticos y económicos nacionales y extranjeros. Se preocupa –y se ocupa en su área de acción—de las prioridades y problemas del país. Debe ser, seguramente, el cuadro más longevo de la generación histórica:

Hay que mantener la defensa del país en todas partes. Tenemos que ser capaces de defendernos en todos los terrenos. El que no es capaz de defenderse no tiene valor. Hay que ser capaz en la defensa del país, capaz en el trabajo, capaz en el aprovechamiento de los recursos materiales de que disponemos, para de ellos extraer el máximo de beneficios que ayuden a satisfacer las necesidades de nuestro pueblo.

Ese espíritu reina en este organismo de 100 años que no es débil. Los años no me han debilitado espiritual ni ideológicamente. Siento la fuerza de los 30, de los 40 años de edad, la fuerza de todos los tiempos de mi vida pasada, de mi vida para seguirla entregando ahora y en el futuro.

En medio de la guerra contra Batista yo les decía a los compañeros: “Si hay que arriesgarse, arriésgate, pero protegiendo tu vida para que la sigas ofreciendo”. Y eso hicimos nosotros, lo mismo prisioneros que torturados. Jamás ni una prisión ni una tortura pudo rendir esa forma de sentir de miles y miles de cubanos que entregaron sus vidas para tener lo que hoy tenemos: Una juventud capaz de defender todo aquel pasado glorioso, todo este presente y alcanzar el futuro que merece.

Antes de la Revolución se apenas se conocía Guanahacabibes. Lo que más se mencionaba, y poco, era el Cabo de San Antonio.

A principios de la década de los 60 comenzó a conocerse por el Centro de Reeducación de los cuadros que cometían errores, que fue creado por el Che en Uvero Quemado.

En las últimas décadas ha sido distinto. Se ha publicado mucho sobre Guanahacabibes, pero en una conversación con Camacho no puedo evadir el tema, aunque sea brevemente.

Mi entrevistado tenía 66 años de edad cuando regresó de la Unión Soviética, cumplida con éxito su misión de Embajador de Cuba. Habría sido lógico. en aquellos momentos que pensara en la jubilación, para tomarse un merecido descanso, o, tal vez, en ocupar nuevamente un cargo de similar o de superior jerarquía a los que ya había desempeñado, también con muy buenos resultados, en la dirección del país.

Lo que hizo, en cambio, fue solicitarle a Fidel que lo mandara a trabajar a un lugar muy intrincado, inhóspito, lejano de las ciudades, muy subdesarrollado y bien distante de la conocida civilización urbana.

No puedo dejar de preguntarle: ¿Qué lo motivó a tomar esa decisión?

En agosto de 1968 Raúl me mandó a trabajar para Pinar del Rio. Yo estaba entonces en el MINFAR. Una madrugada Raúl me dijo que tenía que ir para Pinar del Rio. Le contesté lo siguiente: “Yo como soldado de esta Revolución voy para donde se me envíe y hago lo que se me oriente. Lucharé por hacer lo mejor posible, me podré equivocar, pero luchando por hacerlo bien”. El Comité Provincial del Partido me aprobó como primer secretario. (1)

Unos meses después conocí a Guanahacabibes. En diciembre de ese año, Fidel me invitó a acompañarlo en un recorrido a la zona. Cuando yo vi aquella península me impresioné. Tampoco olvidaré las palabras que me dijo (estando allí): “Cuiden esto. Esto vale mucho”. Jamás le pregunté que me quiso decir.

De aquel día también me acordaba de la larga conversación de Fidel con un viejo guanahacabibense, de apellido Varela, un emigrado que llevaba muchos años en la península. (2)

Todas estas cosas quedaron grabadas en mi mente. Por eso cuando concluí mi misión en la Unión Soviética, que recibí el mensaje de Raúl que retornara, que tendría otras responsabilidades (en Cuba), recibí una gran alegría. Ya por fin regresaba a mi país, lo que anhelaba después de casi 4 años en el extranjero. (3)

(Fue entontes que) estando con Fidel en Santiago de Cuba, él me preguntó: ¿Qué vas a hacer? Y yo le dije: “Comandante, lo que he hecho siempre: Lo que usted me indique, eso haré. Pero si me lo permite me gustaría ir a trabajar por el desarrollo del extremo occidental de Pinar del Rio, me enamoré de él cuándo usted me lo indicó”.

En aquel momento no me dijo ni si, ni no.  A los pocos días recibí su llamada y me dijo: “Oye, estás autorizado. Trabaja allí y lo defiendes”. Desde ese momento (año 1990) Gina (4) y yo empezamos a trabajar en Guanahacabibes, donde solo había piedra y diente de perro, pero con una naturaleza extraordinaria y una posición geográfica privilegiada (5) con Méjico cerca, la Rivera Maya con millones de turistas todos los años, la Florida al frente y al sur América central y miles de yates de vela que transitan por las aguas del canal de Yucatan.

Alguien me decía: “Tú estás en Guanahacabibes, estás muy lejos de La Habana”.

Yo le contestaba: “¡No! La Habana es la que está lejos de Guanahacabibes.

Notas:

  1. Primer secretario del PCC en la provincia del Rio (1968-1978).
  2. Francisco Varela (Fisco). Recio campesino con habilidad para lidiar con las abejas. Pasó la vida entre colmenas. Formador de generaciones de apicultores. Recién llegado de España, en 1919, su padre Santiago, fue el iniciador de la apicultura en Guanahacabibes. Fidel y Fisco conversarían largo rato sobre las interioridades y las perspectivas de la actividad. RONALD SUAREZ RIVAS, periódico Granma, 16 de junio del 2020.
  3.  Julio Camacho Aguilera fue Embajador en la Unión Soviética desde 1986 hasta 1990.
  4. Gina Leyva Pagan, escritora y combatiente clandestina y del Ejercito. Esposa del comandante Julio Camacho Aguilera.
  5. La península de Guanahacabibes es el punto más occidental de la isla de Cuba. Está situada en el municipio de Sandino, provincia de Pinar del Río. (Wikipendia). Reserva de la biosfera declarada por la UNESCO en 1987, que se extiende por más de 1060 kilometros cuadrados. (Tele Pinar).

(Continuará)

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