Por: Pedro Abreu Mujica
Inmediatamente después del triunfo de la Revolución, Pancho regresó del extranjero. La nueva misión había sido cumplida, pero no llegó a ejecutarse finalmente. La tiranía había sido derrotada.
Se restructuró la Dirección Provincial del Movimiento Revolucionario 26 de Julio, para atemperarla al nuevo panorama. Pancho ocupó el frente de finanzas.
No había terminado el año 1959 cuando fue nombrado Delegado Provincial del Fondo de Estabilización Tabacalera. Menos de un año después, esta entidad fue absorbida por el naciente INRA.
Pancho ocupó distintas responsabilidades en varios organismos con sede en La Habana: Minrex y Minint, entre otros.
Mediados de la década del 60 regresó a Pinar del Río, para dirigir el Politécnico Industrial Primero de Mayo. El temible Regimiento 6 Rius Rivera, convertido en escuela.
Graduado de maestro en la Escuela Normal de Pinar del Río y haciendo grandes esfuerzos, mientras trabajaba estudió ingeniería química en la Universidad de La Habana, lo que le permitió alcanzar nivel y prestigio científico y técnico y fundar y dirigir importantes centros, entre ellos el Laboratorio Central de Química de la Dirección Nacional de Sanidad Vegetal del INRA, después Ministerio de la Agricultura.
Eran los tiempos que los controles de plagas, enfermedades agrícolas y malezas dependían de importaciones millonarias de productos altamente tóxicos y además se carecía de la infraestructura técnica y el sistema estatal nacional que con centenares de profesionales se estructuró hasta la base productiva, incluidos los grandes macizos cañeros del país.
Con su innata modestia, se dedicó a aquellas tareas, pero también con su inveterada rebeldía, manifestándose con criterio propio en defensa de la aplicación y el respeto a los principios técnicos, cuando apenas se hablaba de ciencia y técnica ni habían investigadores, ingenieros y otros universitarios como los hay actualmente.
Desde el Laboratorio Central de Química, también contribuyó a la introducción de la ciencia y la técnica en la agricultura. Este fue el nuevo Corojo, que Pancho también capitaneó victoriosamente.
Ni en público ni en privado hizo ostentación de su historia, sus méritos o vínculos y relaciones personales y de amistad con importantes dirigentes del país.
Muchos del círculo laboral cercano, se sorprendían cuando yo les hablaba de Pancho, de sus proezas, su serenidad y ecuanimidad en el enfrentamiento a las hordas criminales del batistato, principalmente después del desembarco de El Corojo, perseguido tenazmente por las fuerzas militares del tristemente célebre Capitán Sosa Blanco , hasta que lograron llegar a las montañas de Quemado de Pineda.
Un hombre que tantas veces desafió la muerte, falleció una gris mañana, en la sala de cuidados especiales del Cuerpo de Guardia del Hospital Calixto García, luego de una prolongada enfermedad. Ocurrió a las 7.30 am del 16 de abril del 2014.
Hasta los postreros momentos, y todo el tiempo de enfermo, estuvo atendido amorosamente por su esposa Ana María y la bella familia que juntos crearon.
En reconocimiento a sus grandes méritos le fueron otorgadas numerosas condecoraciones, entre ellas las de Combatiente de La Lucha Clandestina y de la Guerra de Liberación.
Militó en las filas del Partido Comunista de Cuba y la Asociación de Combatientes.
En este 91 aniversario de su natalicio, hemos querido recordar a Pancho y tributarle este pequeño homenaje. Consideramos que fue un privilegio conocerlo, cuando apenas éramos unos niños.
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Nos hemos apoyado para redactar este artículo en las numerosas conversaciones con Pancho González y con los querid@s combatientes Marta Fuego, René González Novales El Rubio de Mery, Andrés Peraza Dib El Moro, Armando Pereda Robaina, Felipe Quintana Ramos (lamentablemente fallecido hace unos meses) y de manera muy especial con el Comandante Delio Gómez Ochoa. Las fotos cortesía de Orestes González, yerno de Pancho. Mi gratitud a todos.