Por: Pedro Abreu Mujica
Estos mineros trabajaban en el interior de la mina cuando los sorprendió, junto a ellos, la presencia de Fidel Castro.
“Este es el nivel 34, por aquí mismo entró Fidel”. Sergio Cordero, capataz, nos conduce por el mismo trayecto que el Comandante caminó.
Muy cerca de nosotros otro capataz, Ricardo Martínez, dirige el traslado de maderas que servirán para las reparaciones en el nivel 42, dirigiéndose a nosotros expresa: “Uno nunca pensó ver a hombres tan grandes metidos dentro de la mina, y ya hemos tenido las visitas de Che Fidel”.
Según Paulino Álvarez, entonces secretario de organización del PURSC provincial, actualmente PCC, “El Che, siendo ministro de Industrias, asistió a la asamblea para la construcción del núcleo del Partido en las minas y bajó al interior de la misma (1).
“Aquí mismo le di la mano a Fidel y le di un abrazo. Yo todavía pienso en aquellos minutos cuando mi corazón parecía que se iba a parar. Y más alegría sentí cuando llegué a mi casa y me enteré que mi hija Mariana lo besó y lo abrazó en la calle.
Cuando allá supieron, que él estaba por la calle, mi mujer tomó a mi hija y se la echó a cuestas y se fue al lado del hospital. Allí estuvieron con Fidel» rememora Sergio Cordero. Con su lamparita ilumina para evitarnos un golpe. Otros hombres colocan vigas de acero, piezas de hormigón y preparan la mina para echarla a andar de nuevo, totalmente reparada después de medio siglo de explotación.
A una voz de Sergio se fueron reuniendo en un lugar oscuro, húmedo y caliente. Fue la misma voz, llena de júbilo, la que les anunció la llegada de Fidel. Ahora todos hablan con sentimiento y yo anoto:
– “Yo le di la mano a Fidel y lo abracé”. –
– “Yo llegué a mi casa y no dormí e esa noche”. –
– “Le estreché la mano y lo vi tan cerquita. Me preguntó cómo me sentía y yo no supe que contestarle”. –
– “Antes nadie se interesaba por esto y ahora usted ve: Hasta el Comandante viene”. –
– “Usted sabe lo que es Fidel, llegar de pronto. Yo me asusté cuando me llamaron y pensé que era un accidente. Pero el capataz me dijo: “ven, ven pronto para que saludes a Fidel”. Y él estaba dentro del elevador porque seguía para un nivel más abajo aún. Y yo le pregunté ¿“Fidel no se baja”? Y él me dijo: “Al regreso”. Y yo lo esperé. Al poco rato volvió y nos preguntó sobre el trabajo y nuestras vidas. Nos preguntó de todo. Fidel se interesó mucho, hasta de lo más insignificante.
Sus nombres o apellidos: Quiñones, Juan Sánchez, Valentín, Lorenzo, Silvino, Salvador Ramón Valías, José Alfonso son hombres de años de esfuerzos, días y noches de sueños y también de tareas duras. Ellos, como todos los mineros que estaban en aquel turno, se fueron a las doce y media de la noche, juntos con Fidel, a ver una película en el cine del pueblo.
Nota:
- ABREU MUJICA, Pedro, Seguir la historia: El Che en Minas de Matahambre, www.radiominas.icrt.cu 25 de diciembre de 2023. Visto en internet 22 de enero de 2025.
(Continuará)
