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Seguir la historia: El asesinato de Félix Pechuga (II y última parte)

Por Redacción Radio Minas

Por: Pedro Abreu Mujica

En el MINREX, o la cancillería como Félix le decía, se ganó la simpatía y el cariño de los trabajadores. Lo mismo sucedía con casi todas las personas que lo conocían y trataban en cualquier lugar. A nadie le hizo daño, al contrario, le prestaba ayuda a todo el que lo requería, mientras estuviese a su alcance.  Tenía múltiples relaciones en toda La Habana. Siempre hacia causa común con los de abajo o los necesitados. Era su innata vocación de servicio a la humanidad.

Félix fue también fue un trabajador eficaz e infatigable. Tenía talento, cultura y mucha energía física e intelectual. Sin necesitar vivienda y sin nadie pedírselo, se enroló en la micro brigada que construyó el edificio de viviendas situado detrás del Hotel Riviera, precisamente el lugar en cuyo casino trabajó en los últimos años del capitalismo en Cuba.

La incorporación a la micro brigada no fue formal. Trabajó de sol a sol y muchas veces de noche y madrugada cuando había que hacer una fundición de hormigón. Había cambiado por un tiempo el trabajo intelectual, por el rudo oficio de constructor. Las micro brigadas se organizaban en los centros de trabajo para hacer las viviendas de los propios trabajadores y de esta forma tratar de reducir el enorme déficit habitacional que se sufría a nivel nacional.

Todos los días, bien temprano en la mañana, Félix bajaba por la avenida de Paseo hasta la calle primera, y se pegaba a trabajar. Así se mantuvo durante largos meses.  Recibió con alegría diplomas y reconocimientos en los chequeos periódicos de la marcha de la obra y al final de la misma, pero su mayor recompensa, como comentaba en su círculo de amigos, era saberse, íntimamente, cumplidor de un deber y sobre todo contar con la admiración del colectivo que lo rodeó, con el que compartió aquellas durísimas faenas. Félix nunca aspiró a reconocimientos ni posiciones oficiales de ningún tipo y méritos, carisma y preparación no le faltaron.

En la ONU

En 1978 fue seleccionado como jefe de prensa de la Misión de Cuba en la ONU. Antes de ingresar en el MINREX, ejerció el periodismo en Juventud Rebelde, como lo recuerda Frank Agüero (1). Tenía oficio y buen olfato reporteril.

La Misión en la ONU era la única representación diplomática de Cuba, que existía en Estados Unidos en aquellos tiempos.  Artistas y otros cubanos que pasaron por Nueva York en funciones de trabajo, recuerdan la hospitalidad y el apoyo que les prestó. Con el automóvil asignado para sus labores, los recogía cuando llegaban, los movía en sus actividades o los regresaba finalmente al aeropuerto para el retorno a la patria.

Los niños de la escuela cubana que radicaba en la sede diplomática, le llamaban “Tío Félix”, por las atenciones que tenía con ellos. No tuvo hijos, pero se sentía padre de los hijos de los amigos y compañeros.  Limpiaba frecuentemente, hasta dejarla brillando, la tarja de identificación colocada en la fachada del edificio de   la Misión Diplomática.

 En mi opinión, Pechuga fue un adelantado de las relaciones que debían establecerse entre la nación y los emigrados. Estando en La Habana, a pesar de los prejuicios existentes en aquellos tiempos, no evadió la conversación con vecinos o antiguos trabajadores del Riviera que se habían ido para Estados Unidos y que venían de visita al país.

En Nueva York, les llevaba la revista Bohemia y ejemplares del periódico Granma Internacional, recorriendo    los lugares donde residían esos connacionales, para que conocieran los logros de nuestra Revolución. En esa función, que cumplía, como otras que no estaban en el contenido o calificador del cargo que desempeñaba, entraba y salía frecuentemente, en zonas donde se concentraban numerosos elementos de la mafia terrorista contrarrevolucionaria. Se jugaba la vida y no tenía ningún temor. Lo hacía serenamente porque le brotaba de la conciencia y el corazón. Era valiente sin hacer alardes.

La casa para un amigo

Pechuga vivía desde niño en una buena casa del Vedado, que había sido propiedad de sus padres. Estaba situada en la calle E entre 25 y 27, cerca de la zona de los hospitales. No era una residencia, pero sí muy espaciosa y en buen estado constructivo.  Solo la ubicación geográfica le daba un gran valor al inmueble, a lo que había que sumarle las piezas que la conformaban y la calidad de la edificación; tenía tres grandes habitaciones, Pechuga vivía solo en aquel gran caserón, que además tenía garaje y patio.   

Un amigo común se hizo veterinario alojado en una habitación compartida con otros estudiantes, en una casa de huéspedes de la calle San Rafael.  Era natural de Ciego de Ávila. Cuando se graduó lo mandaron para la provincia de Oriente, a cumplir el servicio social, lo que hizo exitosamente. Al regreso para La Habana, contrajo matrimonio con una bailarina y profesora de ballet.  Eran los años difíciles posteriores a la zafra de los 10 millones (2) Tuvieron una niña, pero como no tenían donde vivir, Félix prácticamente les regaló su casa. Donde vivieron muchos años, aun mucho después de la muerte de Félix. Aquella casa ya no solo era la casa de Félix, era también la casa de René y la familia que fundó. (3)

 Ha pasado más de medio siglo del asesinato de Félix en una calle de Nueva York.   Eran, como se conoce, tiempos de un incremento de las agresiones contrarrevolucionarias contra los funcionarios diplomáticos y las embajadas, los barcos y los aviones de nuestro país.

 Félix fue un ejemplo de amigo, combatiente y diplomático. Cumplió con dedicación y valor la tarea histórica que le correspondió asumir en el servicio exterior. Debemos perpetuar su nombre como parte de la memoria de la Patria. Para mi seguirá siendo un personaje inolvidable por sus excepcionales características personales   y un hermano del alma que tuve muy cerca en momentos difíciles de la vida.

Notas:

  1.  Frank Agüero, periodista con una larga y prestigiosa trayectoria profesional. Fue director del periódico Granma. En la actualidad trabaja en Prensa Latina.
  2. La zafra azucarera de 1970 debía producir 10 millones de toneladas métricas de ese producto, cifra que no se logró.
  3. ROGERIO MOYA, Para Félix García Pechuga Inolvidable, WhatsApp, 4 de octubre del 2023. Visto en Internet 10 de septiembre del 2024.

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