Sus miradas lo dicen todo, o casi todo, incluso, cuando el nasobuco esconde la sonrisa y los ojos se achinan en ese gesto de felicidad. Luego de casi un año en casa, alejados de las aulas, de sus compañeros de clases, de los «profes»…, el ajetreo de esta primera jornada de regreso a la escuela vuelve a ser una fiesta.
El reloj marca las ocho de la mañana y atrás queda la quietud, el silencio en los pasillos y la pizarra vuelve a tomar color. Fueron meses de distanciamiento, por una realidad marcada por la COVID-19 y la necesidad de desarrollar un curso lectivo desde la distancia, mediante las teleclases, pues la seguridad de los niños, adolescentes y jóvenes es, y será siempre, la prioridad.
Ahora, finalmente, reinicia el anhelado jolgorio de risas, de uniformes listos, y hasta del «correcorre» matutino. Más de 612 800 estudiantes, de sexto a onceno grados, regresaron este lunes a las aulas para continuar con las materias pendientes, repasar contenidos y seguir ese camino de saberes y experiencias que nos hacen crecer.
La inmensa mayoría de ellos lo hacen, no obstante, con su esquema de vacunación completo y es ese, sin dudas, otro motivo para festejar. «Toman vida las escuelas y con ellas toda Cuba», ha reconocido el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República de Cuba, en su cuenta en Twitter.
«Una revolución educa, una revolución combate la ignorancia y la incultura, porque en la ignorancia y en la incultura están los pilares sobre los que se sostiene todo el edificio de la mentira, todo el edificio de la miseria, todo el edificio de la explotación», agregó el Jefe de Estado al evocar el pensamiento del Comandante en Jefe, Fidel Castro.
En total, más de un millón de estudiantes cubanos volverán a las aulas durante la primera quincena de noviembre; los que restan, cerca de 718 415 niños de preescolar a quinto grado de primaria, lo harán el próximo día 15. Y entonces, la fiesta será mucho más grande.