Vivir en Cuba y sufrir todos los días las consecuencias del bloqueo de los Estados Unidos nos impulsa a pronunciarnos una y otra vez, a salir a la calle, como ayer. Cuando se alzan las banderas y pancartas en otras latitudes, la emoción es distinta.
Reconoces tu reclamo en la voz de otros. Compruebas cuánto crece esta batalla contra una política de injerencias, irracionalidad y crímenes -por sus objetivos y efectos- en 60 años.
Hace justo un mes preguntaba: Si “están allá”, ¿por qué reclaman una causa de “los de aquí”? Hoy la interrogante viene a ser: ¿Por qué un congresista estadounidense participa en la caravana por el cese del bloqueo?
Contactamos, gracias a la voluntad de buenos amigos, a Gordon Jonhson, un político demócrata que forma parte, desde el 2002, de la Asamblea General de Nueva Jersey (NJ). El primer afroamericano en ocupar un cargo en todo el condado de Bergen.
Este señor, que viste sombrero y capa, varias veces ha sido condecorado por la defensa de su país, acumula varios viajes a Cuba y hoy cree que “el levantamiento del bloqueo sería favorable” para las dos naciones. Un tema que aún resulta “indiferente, para quienes controlan el Congreso”, dice.
Este domingo hizo el recorrido desde la ciudad de Englewood a Nueva York, un poco más de 20 kilómetros. Lo acompañó Ramón Díaz, un amigo, y su familia. Allí estuvieron, a pesar de la esporádica lluvia, con el cartel en las manos: Lift U.S ECONOMIC and TRAVEL SANTIONS against CUBA! (¡Levanten las SANCIONES ECONÓMICAS y DE VIAJES de EE. UU. contra CUBA!).
¿Por qué participó en la caravana?
-Cuando el presidente Obama normalizó las relaciones diplomáticas, viajé a Cuba y me di cuenta de dos cuestiones principales. En primer lugar, aprendí cómo el bloqueo la limitaba en el comercio mundial y cómo estas restricciones estaban realmente perjudicando al ciudadano cubano común.
“En segundo lugar, vi un enorme potencial para el comercio entre nuestras naciones y, en particular, para muchas corporaciones e individuos en el estado de Nueva Jersey. Los productos farmacéuticos, agrícolas, manufacturados y otros se beneficiarían con el levantamiento del bloqueo”.
¿Cuál es hoy el principal obstáculo que frena el avance hacia una política más racional de Estados Unidos hacia Cuba?
-Hay muchos cubanos y cubanoamericanos que viven en Estados Unidos que no están a favor de las relaciones diplomáticas por el liderazgo actual en Cuba. Obviamente, tienen representantes en la Cámara de Representantes y el Senado que expresan este sentimiento y votan en consecuencia.
¿Cree posible una convivencia entre ambos países, basada en relaciones de respeto y cooperación, aun con desacuerdos?
-No solo creo que esto es posible, sino que lo he visto de primera mano. Creo que más de 40 legisladores de Nueva Jersey han visitado Cuba desde que el presidente Obama normalizó las relaciones.
“Todavía no he escuchado a ninguno expresar algo negativo sobre el pueblo cubano o los funcionarios del Gobierno con los que nos hemos reunido. Creo de todo corazón que, si hoy se votara en Estados Unidos, los estadounidenses y no sus representantes, el 99% estaría a favor de levantar el bloqueo y normalizar las relaciones diplomáticas.
“Cuba es un país vecino, el país más cercano a Estados Unidos sin tener fronteras con nosotros. Nuestros países tienen una larga historia juntos y nuestros ciudadanos tienen un vínculo, nos guste reconocerlo o no.
“La apertura de canales diplomáticos y comerciales solo puede ser de gran beneficio, tanto para el pueblo de Estados Unidos como para el cubano. A diferencia de nuestro pasado, realmente creo que, si estableciéramos una diplomacia total, nuestros pueblos se abrazarían con gran afecto y respeto”.
En cuanto a la Administración Biden, ¿aprecia señales de que pueda haber un proceso de mejora en las relaciones?
-Creo que a la Administración Biden le gustaría continuar donde lo dejó el presidente Obama, pero puede haber circunstancias que lo hagan difícil. Creo que el presidente Biden estaría a favor de seguir adelante con la normalización de las relaciones con Cuba, pero es demasiado pronto para decirlo, y él, como la mayoría de los líderes mundiales, tiene las manos ocupadas para sacar al país de la pandemia.
Los pueblos saben: Sin resentimiento ni enojo
Gordon Jonhson cree que su relación con Cuba tiene una perspectiva histórica. Lo unen a esta tierra parte de su distrito electoral y los amigos: cubanos y cubanoamericanos que han emigrado en los últimos años.
De sus viajes a la Isla, lo que más le impacta es el “sincero afecto y respeto del pueblo cubano”, particularmente hacia los legisladores estadounidenses.
“En sus mentes podríamos ser la causa de gran parte del sufrimiento. Sin embargo, nunca sentí resentimiento o enojo, sino más bien cariño y una amistad que, obviamente, están arraigados en su cultura”.