La tala masiva de árboles, los devastadores incendios y la explotación de los recursos están transformando a marchas forzadas la selva amazónica. Hace doce años que el pulmón del planeta no sufría este grado de destrucción. En solo doce meses, ha perdido más de 11.000 kilómetros cuadrados de cobertura vegetal.
La deforestación ha sido un 9,6 % superior a la del año anterior, según muestran las imágenes por satélite registradas por el Instituto de Pequisas Espaciales (INPE) de Brasil.
Las críticas llueve sobre el presidente ultraderechista Jair Bolsonaro y su retórica antiecologista. Sin embargo, el vicepresidente brasileño considera que podría haber sido todavía peor.
«La estimación que teníamos era aún más negativa que este resultado que estamos presentando. Ese 9,6 % (de aumento de la deforestación) no es nada que se tenga de celebrar. Por el contrario, nuestro deseo es que no haya deforestación ilegal en el Amazonas. Por eso estamos luchando», aseguró el vicepresidente Hamilton Mourao.
Sequía extrema e incendios devastadores
El año pasado se contabilizaron casi 100.000 focos de fuego. Los incendios se propagaron ayudados por una sequía severa, dejando desnudas zonas previamente deforestadas. Organizaciones de defensa de la naturaleza denuncian que la devastación de esas áreas tiene como objetivo su utilización para la agricultura.
Casi la mitad de la superficie devastada está en el estado de Pará, en el corazón de la Amazonía. Le siguen los estados de Mato Grosso y Amazonas.
Presión sobre Bolsonaro y su Gobierno para que tome medidas
El Gobierno brasileño lanzó el pasado mayo una operación llamada ‘Verde Brasil II’, coordinada por el Ejército, para perseguir los crímenes medioambientales, sin mucho éxito por el momento.
La destrucción de la Amazonía ha llevado a algunos países europeos a amenazar con no ratificar el acuerdo de libre comercio firmado el año pasado entre la Unión Europea y el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay).
Fondos internacionales y grandes empresas han advertido al Gobierno brasileño de que recortarán drásticamente sus inversiones en el país si no muestra un compromiso real con la protección del medioambiente.