Millones de hojas de tabaco lleva abiertas, despalilladas, clasificadas y planchadas María Ester Machín Acosta en los 40 años de trabajo en el beneficio de la solanácea.
A la fundadora de la Unidad Empresarial de Base (UEB) V- D-10 ubicada en el consejo popular La Sabana, al norte de Minas de Matahambre nadie la conoce por su nombre, ella responde sin reparos al apodo de «Pelusa», como le llaman con cariño quizás desde pequeña.
Comenzó muy joven como despalilladora, pero aunque no logró de sus manos la habilidad deseada nunca intentó aprender otro oficio para ganar su sustento.
Era muy lenta y mis compañeras me ayudaban para que hiciera la norma
Poco a poco y sin desmayar logró «cogerle el golpe a la tarea.
Con la llegada de su primera hija pareció que el esfuerzo había sido en vano, vivir en una zona rural le impedía llevar a la niña a un círculo infantil. El banco quedaría en el recuerdo.
No obstante sonó la campana del apoyo familiar en ofrecimiento para la ayuda necesaria.
Mi mamá me cuidó la niña y pude continuar
Los años transcurrieron entre el trabajo y la crianza de las hijas, pero Pelusa nunca fue ausentista al trabajo, por eso el día que no llega causa congoja entre sus compañeros de labor de la brigada uno a la cual pertenece.
Sus años son ya 63, sin embargo María Ester sigue pegada al banco por muchas razones.
El dinero hace falta y yo me siento bien
Maestra de generaciones de despalilladores, madre de todos, veterana, son los términos que salón adentro a ella le aplican en un colectivo que la aprecia además por su sencillez, humildad y persistencia en el trabajo.