El papa Francisco se pronunció hoy, en su tradicional mensaje de bendición Urbi et Orbi de la misa navideña, a detener las guerras y a acabar con el hambre en el mundo.
El sumo pontífice manifestó ante miles de fieles presentes en la Plaza de San Pedro, que “en este día, cuando es agradable reunirse alrededor de la mesa servida, pensemos en las personas que pasan hambre, especialmente los niños, mientras todos los días se desperdician grandes cantidades de alimentos y se gastan recursos en armas”.
Al iniciar la ceremonia a las 12:00 hora local, el papa llamó a cesar los conflictos en Ucrania, Yemen y Siria, entre otros, a retomar el diálogo entre israelíes y palestinos, así como exhortó a “gestos concretos de solidaridad para ayudar a los que sufren, e iluminar la mente de aquellos que tienen el poder de silenciar las armas”.
“Nuestro tiempo está experimentando una grave falta de paz también en otras regiones, en otros teatros de esta tercera guerra mundial”, prosiguió el obispo de Roma, y añadió que “nuestro pensamiento se dirige a Siria, «todavía atormentada por un conflicto que ha pasado a un segundo plano pero no ha terminado».
En este “mundo enfermo de indiferencia” Francisco pidió que «mientras saboreamos la alegría de reencontrarnos con nuestros seres queridos», no se olviden “las familias más heridas por la vida” y aquellas que, en este tiempo de crisis económica, luchan contra el desempleo y carecen de medios para satisfacer sus necesidades básicas.