De espeluznantes pudieran catalogarse las cifras a las que asciende en Cuba la Covid-19, dicho sea de paso impensables para la Isla teniendo en cuenta el despliegue de medidas y todos los esfuerzos que a los distintos niveles están en marcha en la mayor de las Antillas.
Los números de muertes aunque bajos con respecto al mundo, pacientes graves, entre ellos en edades pediátricas, aumentan casi por día en ritmo vertiginoso en los últimos meses.
Pinar del Río ha llegado a superar los 200 contagiados en una sola jornada mientras Minas de Matahambre ha llegado a 37 o más y varias muertes por esa enfermedad forman parte de la defunciones del territorio en el último mes.
Los factores que inciden en todo el país en estas penosas circunstancias, según los especialistas en el tema son: circulación de cepas altamente peligrosas dentro de ellas la temida Delta, bajo nivel de exigencia por parte de las autoridades en el cumplimiento de los protocolos establecidos y poca percepción de riesgo en la población.
Sobre la circulación de cepas, humanamente nada puede hacerse. Sin embargo en los demás factores sí decide la voluntad y la acción del hombre.
Las autoridades están en la obligación de velar por el cumplimiento de lo establecido y buscar los mecanismos también les corresponde.
Tomar decisiones, organización del trabajo, chequeo y control de los mismos está en manos de los consejos de defensa de zona de cada localidad.
Por su parte la población aunque no puede generalizarse, pero sí muchos aún viendo las barbas del vecino arder, no ponen las suyas en remojo, para evitar que ardan también.
Viven como si el virus no existiera, usan el nasobuco para evitar la multa, lo hacen de forma incorrecta o violan los protocolos en los diferentes escenarios.
Ahora mismo está ahí, un verano con su carga de tentativas que invita a la playa, al río, a realizar las actividades que tradicionalmente hacíamos.
Muchos desean una apertura para pasarla bien sin tener en cuenta los riegos.
Por tanto en las autoridades como en cada ciudadano debe existir la concienciación con la crítica situación que vive el país en cada provincia, municipio y localidad.
Hay que tener en cuenta que esta enfermedad no sólo cobra vidas y recursos sino que lleva al personal de salud a un desgaste progresivo, ya muchos también viven contagios, incluso muertes y esto conlleva a que en ocasiones las responsabilidades no se cumplan como se debe.
Además le ocasiona al país una muy desventajosa posición económica afectada, por demás por el férreo bloqueo de Estados Unidos sobre la Isla.
Hacer lo que a cada uno lo que le toca se impone. Es una necesidad urgente para evitar que el nuevo Coronavirus SARS-Cov-2 continúe ganando terreno y llenando la Isla de dolor.