El Ministerio de Asuntos Exteriores de China condenó la visita a Taiwán de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos Nancy Pelosi, al asegurar que perjudica gravemente la paz y la estabilidad en la región. Para Beijing supone una actitud «extremadamente peligrosa», ya que «Estados Unidos intenta utilizar a Taiwán para contener a China», expresó el texto.
Poco después de la llegada de Pelosi, se informó el comienzo de operaciones militares en torno a la isla desde ayer. En concreto, se realizarán «disparos reales» en aguas de la costa oriental, así como entrenamientos marítimos y aéreos conjuntos al norte, suroeste y sureste de Taiwán.
El comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores chino añade que Washington «sigue distorsionando, confundiendo y dejando sin sentido el principio de una sola China, intensificando los intercambios oficiales con Taiwán y fomentando las actividades separatistas e independentistas de Taiwán».
La portavoz de la Cancillería china, Hua Chunying, ya había advertido que Taiwán se enfrentaba a «consecuencias desastrosas» si «Estados Unidos gestiona mal la situación en el estrecho». Es «difícil imaginar una acción más temeraria y provocadora» que la visita de Pelosi, insistió Hua.
En respuesta a las declaraciones del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, sobre el estatus «independiente» de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, la portavoz dijo que: «Todas las agencias gubernamentales de Estados Unidos han de implementar las políticas exteriores a las que se ha comprometido y reconoce su gobierno».
Desde el lunes China había suspendido las importaciones de 35 exportadores taiwaneses, en una advertencia ante la visita. La Agencia Central de Noticias de Taiwán ha informado de que entre las 3.200 empresas taiwanesas registradas en las aduanas de China bajo la categoría de alimentos, 2.066 entradas habían sido catalogadas como «suspensión de importaciones».
El propio presidente chino, Xi Jinping, había pedido a su homólogo estadounidense, Joe Biden, «no jugar con fuego» en la conversación telefónica que mantuvieron la semana pasada. También en los últimos días, el portavoz del Ministerio de Defensa de China Tan Kefei declaró que el Ejército chino «no se quedará de brazos cruzados».
Repercusiones
El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, declaró que la llegada la visita de la Pelosi, es una muestra de los deseos de Washington de demostrar su impunidad.
En una rueda de prensa durante su visita a Myanmar, Lavrov acusó a Washington de “crear tal irritación prácticamente de la nada, sabiendo muy bien lo que significa para la República Popular de China”.
Asimismo, el ministro asumió que China decidirá por sí misma si se une a la tercera ronda de conversaciones entre Rusia y Estados Unidos sobre el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas, cuando se reinicien.
Por su parte, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, dijo en entrevista a Radio Sputnik que la visita de Pelosi ocurre porque “Estados Unidos quiere introducir una supuesta novedad para actualizar la agenda, desviando la atención de las cuestiones internas. Las provocaciones de Estados Unidos se han vuelto insensatas y desenfrenadas”.
Y el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, calificó como un «acto demencial» y «provocación» a China la visita. «Este paso que han dado el día de hoy, que nosotros hemos condenado, es un acto que no tiene otra calificación que de un acto demencial de quien siente que se derrumba el imperio», dijo Ortega.
También la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, declaró en un discurso que su país se ha mantenido firme y consistente en el compromiso con la política de una sola China.