Era miércoles. Ese día, Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud, le dio al planeta el peor diagnóstico de los últimos tiempos: la COVID-19 era pandemia.
Los contagios en China se habían multiplicado por 13 y los países afectados se habían triplicado. «Podemos esperar que el número de casos, de decesos y de países afectados aumente», señaló Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien también hizo alusión, entonces, a los 118 000 enfermos detectados por todo el orbe, los 4 291 fallecidos y los 114 países afectados.
«“Pandemia” no es una palabra que deba utilizarse a la ligera o de forma imprudente. Es una palabra que, usada de forma inadecuada, puede provocar un miedo irracional o dar pie a la idea injustificada de que la lucha ha terminado, y causar como resultado sufrimientos y muertes innecesarias. El hecho de describir la situación como una pandemia no cambia la evaluación de la oms de la amenaza que representa este virus. No cambia lo que la oms está haciendo, ni tampoco lo que los países deben hacer», señaló el Director General de esa organización, al tiempo que alertó sobre la profunda preocupación esta, «tanto por los niveles alarmantes de propagación y gravedad, como por los niveles alarmantes de inacción».
Con el fin de repasar este periodo «pandémico», Granma vuelve la vista a los 365 días pasados a través de una cronología conformada a partir de los reportes de la OMS, agencias internacionales y los resúmenes de la prensa nacional de varios países.