El tercer rebrote de la COVID-19 que azota a la nación desde diciembre último no se ha logrado controlar, a pesar de las acciones y medidas para revertir ese escenario. Al cierre de este lunes se diagnosticaron 1 008 nuevos casos positivos, cifra que es la tercera más alta en un día, desde el inicio de la pandemia en el país.
Más de 30 eventos de transmisión local activos en el país, algunos en instituciones, con incidencia en la comunidad; territorios que controlan la enfermedad y, de pronto, se complican con altas tasas de contagio; las deficiencias en los resultados del PCR, la pesquisa y el aislamiento de contactos y sospechosos, especialmente en La Habana; el elevado número de pacientes en edades pediátricas con el virus; el incumplimiento de las normas higiénico-sanitarias, y la baja percepción de riesgo, son obstáculos que impiden frenar la pandemia.
Vencerla requiere que cada parte cumpla. La situación actual implica números grandes, vidas humanas pérdidas, personas de todas las edades con secuelas, miles de trabajadores con más de un año en la primera línea de combate por un país entero, y un Gobierno que no escatima recursos, pese a una economía golpeada por la crisis global y el recrudecimiento del bloqueo.
Vemos con optimismo el avance de nuestros candidatos vacunales y la esperanza de que antes de finalizar el año todos estemos inmunizados; pero, por el momento, la disciplina, la prevención y el cumplimiento de las normas son el mejor fármaco para evitar la enfermedad.