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Una casa para amar

Por Guerrillero
Asilos es la primera palabra que nos viene a la mente cuando pensamos en ellas. A la par, se derivan otros vocablos a modo de pensamientos negativos como hospicios o residencias para la tercera edad.

Asilos es la primera palabra que nos viene a la mente cuando pensamos en ellas. A la par, se derivan otros vocablos a modo de pensamientos negativos como hospicios o residencias para la tercera edad.

Sin embargo, nada más alejado de la realidad. Quizás en otras latitudes sea diferente, pero en nuestro país, los ancianos gozan en ellas de todas las garantías posibles.

Desde alimentación y cuidados estrictos, hasta las atenciones de todos los especialistas médicos, así como las visitas continuas de diferentes entidades como Cultura, Deporte y Educación, son cotidianidad.

Es una lástima que producto a la Covid-19 y al encarecimiento de la vida por cuestiones ajenas a la voluntad del país, cada vez son menos las personas que solicitan los servicios de estas casas, al punto que la matrícula de las mismas ha decrecido en todo el país.

Aun cuando otrora la demanda era alta, la realidad en el municipio de Consolación del Sur es que desde hace algún tiempo las casas de abuelos tienen plazas vacantes.

Hoy los especialistas y residentes conversan con Guerrillero al interior de estas instituciones.

LA CALIDEZ DE UN HOGAR

No es menos cierto que todavía muchos desprecian a estas instituciones, al punto de preferir tener a un anciano encerrado en la propia vivienda, que insertarlo en un lugar especializado en sus cuidados.

Evidentemente los cuestionamientos sobre ello son absurdos, pues este ambiente de convivencia entre personas de generaciones similares le garantiza a cada abuelo una calidad de vida superior.

Para Maria del Carmen Arteaga Márquez, directora de la Casa de Abuelos del Consejo Popular de Villa II, el lugar tiene muchas bondades y ofertas, así como diversas facilidades para el adulto mayor, todas en aras de su socialización y rehabilitación.

“Cuando el adulto mayor llega a nosotros se encuentra con un grupo social de su propia edad, donde un grupo de ellos fueron sus compañeros de infancia y de adultez. Esto beneficia mucho al anciano desde el punto de vista sicológico, y es innegable que mejora en gran medida su calidad de vida.

“Estar entre personas afines a sus gustos, les hace sentirse más cómodos, al tiempo que encuentran campos y proyectos en común para desarrollar al interior del entorno”, explicó la directora.

Amén de la seguridad y compañía, en estos centros también se les facilitan las actividades de terapia ocupacional, y se les emplea el tiempo libre con juegos pasivos y activos, actividades culturales y físicas, siempre de conjunto con las diferentes instituciones respectivas.

También, como es característico del propio programa de atención a las personas de la tercera edad, constantemente se monitorizan sus necesidades sociales para ayudarlos a sortear las dificultades con las que ingresan.

“Esta es una de las instituciones sociales geriátricas de mayor importancia, pues el adulto mayor no se desvincula de su entorno social. Además, ellos reciben las atenciones médicas de todas las especialidades como estomatología, sicología, angiología, cardiología y geriatría, por solo mencionar algunas”.

“Por último, se les confecciona y elaboran dietas personalizadas gracias a un profesional de la salud que está con nosotros a tiempo completo, de forma tal que cada abuelo reciba las vitaminas, minerales, proteínas y aminoácidos que necesite”, agregó Arteaga Márquez.

DE ESPECIALISTAS Y BENEFICIADOS

En el contexto anterior, de acuerdo con Dianelys Ceballos Valdés, licenciada en nutrición y dietética de la casa de abuelos Villa II, los abuelos se evalúan de forma trimestral.

“Es un sistema que cumplimos al pie de la letra, pues así tenemos la certeza de conocer cuál es el índice de masa corporal de cada uno, y de poder trabajar con todas las condicionantes que se deriven del análisis.

“Esto también nos permite accionar con los alimentos que realmente necesiten en su dieta. Ya en el caso de los abuelos que presenten desnutrición o bajo peso, pues se evalúan de forma mensual. Quizás muchos no sepan que los adultos mayores necesitan 2 100 kilocalorías diarias para su óptimo desempeño, y es acorde a esto que se les oferta una dieta balanceada de entre seis y ocho platos diarios”, expresó la licenciada.

Por su parte Yudelys Martínez Rodríguez, trabajadora social municipal del territorio, aclaró que en Consolación del Sur existen dos instituciones de este tipo, una por cada área de salud, correspondientes a los policlínicos “5 de Septiembre” y “1 de Enero” respectivamente.

“Ambas locaciones son una muy buena opción para todas las familias que tienen a ancianos solos en sus casas, y que producto de las rutinas diarias a los familiares no les quede mucho tiempo libre para satisfacer las necesidades de estos abuelitos durante el día.

“En estos momentos, es una realidad que ambas casas no tienen sus matrículas completas, algo que no debería ser y que de cierta manera nos entristece, pues al parecer todavía existe un cierto temor. Queremos decirles a las familias que no sientan miedo a que sus familiares se descuiden, todo lo contrario. Aquí los protegemos”, precisó Martínez Rodríguez.

Martina Fowley Navarro, vecina del Consejo Popular del Crucero de Echavarría, y residente de la Casa de Abuelos de Villa II, acotó que se sentía de maravillas en la institución, pues nunca estaba sola.

“Para mí, esta es como mi segunda casa. En mi vivienda me sentía un poco sola, y aquí estoy como en mi juventud, rodeada de personas con mis mismos gustos y pasiones.

“No hay un día que no intercambie con todos los compañeros, pues temas de conversación nunca faltan”.

Fowley Navarro expresó también que le gustaba mantenerse ocupada en las labores de la cocina y otras actividades afines, que, a fin de cuentas, es lo que le gustaba.

“Yo les recomiendo a los abuelos que no se embullan a formar parte de nuestra casa, que vengan y pasen unos días con nosotros, esta es una gran familia y aquí se sentirán muy bien. Eso se los puedo asegurar”.

También Zoila Govea López agregó que desde su llegada siempre se mantenía atareada y activa.

“Aquí siempre hay algo que hacer. Ya cuando estoy cansada me dedico a los juegos de mesa, eso cuando no me pongo a tejer. Con esas cosas me entretengo.

“También me encantan las actividades de deporte, y poder participar en los matutinos informativos de todas las mañanas. Fue una buena idea haber venido para acá.

“Aquí es donde mejor estamos las personas de nuestra edad pues no nos sentimos solos ni aburridos”, expresó.

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